Por sus heridasMuestra

¡Condenado!

Si tú alguna vez sirves como jurado en una corte, es posible que aprendas más acerca de nuestro sistema judicial de lo que te gustaría saber. El mundo de las salas del tribunal de esperas interminables, discusiones oscuras, acuerdos de culpabilidad tras bambalinas y demoras, puede disminuir tu confianza en nuestro sistema.

Pero nada de lo que ves en nuestros tribunales podría compararse con los terribles errores judiciales que leemos en las Escrituras acerca de nuestro Señor Jesús. De hecho, tuvo cuatro audiencias judiciales en medio de la noche cuando el Jueves Santo se convirtió en Viernes Santo. Fue procesado ante el sumo sacerdote retirado Anás; juzgado y “condenado” por el consejo supremo del pueblo judío y su presidente Caifás; enviado a una audiencia por el gobernador romano de Galilea, el “rey” Herodes; y finalmente condenado de nuevo a muerte por crucifixión por el gobernador de Judea, Poncio Pilato.

Los juicios arbitrarios ya eran bastante malos. ¿Sabes lo que es realmente aterrador acerca de las pruebas de Jesús? ¡Dios tomó esos injustos veredictos de culpabilidad y los aprobó! ¡En serio! Dejó que esos jueces indignos hablarán por el mientras gritaban: “Él es digno de muerte” Isaías reveló que Dios no solo estaba observando el juicio de Jesús; se unía a la condenación: “Pero el Señor descargará sobre él todo el peso de nuestros pecados” (Isaías 53:6).

Esas son muy buenas noticias para ti, sabes. Debido a que tú y Jesús cambiaron de lugar, Él obtiene tu veredicto de culpabilidad y tú obtienes Su veredicto de inocencia.