Por sus heridasMuestra
¡Coronado!
Si visitas la Torre de Londres, es posible que desees ver la deslumbrante exhibición de las joyas de la corona. En el tesoro se incluye la corona de consorte de la Reina Isabel, platino y terciopelo morado, incrustada con una impresionante variedad de gemas incluído el diamante Koh-i-Noor de 105 quilates, su valor está mucho más allá de la estimación.
Al Rey Jesús fue dada una corona para que también la usara, pero no tenía terciopelo, platino o joyas. La “reverencia” que recibió de los soldados romanos fue burla y broma. El “cetro” que se le dió era una caña y Su “corona” era una tira de espinas retorcidas en forma de aro. Como un gesto de total desprecio se la clavaron a golpes en Su cabeza, intensificando la humillación y la agonía. La idea de que Él afirmaba ser el rey de los judíos solo trajo resentimiento: no querían más reclamos sobre Su responsabilidad.
Isaías había dicho que sería así: “Será despreciado y desechado por la humanidad entera. Será el hombre más sufrido, el más experimentado en el sufrimiento. ¡Y nosotros no le daremos la cara! ¡Será menospreciado! ¡No lo apreciaremos!” (Isaías 53:3). Es la paradoja del Evangelio que el camino de Jesús hacia la gloria pasaba por la humillación, que Su camino hacia el deleite pasaba por el sufrimiento y que la forma en que podría aplastar a Satanás pasaba por dejarse aplastar primero.
Esta es la paradoja del Evangelio que es a través de las heridas de Cristo que tú y yo somos sanados.
Escrituras
Acerca de este Plan
Jesús tomó tu lugar en la cruz. Él cargó con tu castigo y murió por tus pecados. Por Sus heridas, ¡tú eres sanado!
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Nos gustaría agradecer a Time of Grace Ministry por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://timeofgrace.org/espanol