Jesús, El Centro De TodoMuestra

A Dios lo que es de Dios

Una de las cosas más asombrosas de Jesús, es que siempre tenía la respuesta justa para cualquier pregunta, aún cuando se la hicieran para tenderle una trampa.

En una ocasión, se le acercaron unos referentes religiosos, y con un prólogo de palabras halagüeñas, le dijeron: “Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios; sabemos también que no permites que nadie influya en ti ni te dejas llevar por las apariencias humanas”. Dicho eso, lanzaron su pregunta capciosa: “¿Qué opinas sobre pagar los impuestos al gobierno que nos está subyugando?”.

Con Su respuesta, Jesús no solo muestra Su entereza y dominio de las emociones ante una situación de prueba y presión, sino también Su sentido de equilibrio para la vida.

Jesús no le tiene miedo a los desafíos ni a los desafiantes. Su sabiduría es indiscutible, pero no sectaria. Sabe que vivimos en este mundo, y nos enseña a ser responsables y equilibrados, respondiendo al mundo en su medida justa, sin dejar de vivir para Dios.

“...Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.