Jesús, El Centro De TodoMuestra

Jesús está a la puerta

Seguramente si Jesús estuviera en su cuerpo terrenal hoy día entre nosotros, quisiéramos verlo, tocarlo, hablarle, ¡y hasta sacarnos una selfie con Él!

Él estuvo pendiente de las necesidades de las multitudes, y dijo: “Siento compasión por ellos”. El Señor movía las masas, pero nunca dejó de ser un Dios personal, no dejó de atender cada pedido que le fue presentado, como la mujer que dijo: “…Si tan solo tocare su manto, ¡seré sana!...”.

Podemos conocer a Jesús, a nivel comunitario, en adoración, comunión y servicio con los hermanos; al reunirnos en Su nombre, Su presencia está allí como lo prometió. Pero no olvidemos que Jesús está atento a nuestra necesidad personal, como lo estuvo para la mujer que quería tocar Su manto.

En Su Palabra nos dice: “¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, entraré y cenaremos juntos como amigos”. ¿Tú quieres ser amigo o amiga de Jesús? Una cena es un momento de intimidad, y Él quiere compartir esos momentos contigo. Es cierto que Jesús llama a tu puerta, pero es respetuoso y espera a que tú le abras.

Quizás tengas temor al pensar en las cosas que va a encontrar dentro de tu corazón, pero ten paz: Él se especializa en casos difíciles. Recordemos que nos ama y no se va a asustar por nada. ¿Qué estás esperando para invitar a cenar a Jesús en la mesa de tu corazón? Él quiere ser tu amigo. ¿Le abrirías la puerta?