Florecimiento: 21 días para que el Fruto del Espíritu florezca en tu vidaMuestra

El camino del Rey

Por Todd Lane

«Díganle a la gente de Sion: “Mira, tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro; sí, en un burrito, cría de un animal de carga”» (Mateo 21:5 PDT).

Cuando era pequeño, me encantaba ver la lucha libre —no, no la legítima, sino la que veías en un evento llamado «Wrestlemania» con tipos como Hulk Hogan y Macho Man Randy Savage. ¡También había unos dibujos animados los sábados por la mañana que hacían que estos personajes fueran aún más grandiosos en mi mente! Eran arrogantes, duros y temerarios con el tipo de carisma que exigía atención. Estos combates de lucha y, a menudo, peleas sin cuartel se desarrollaban sin una sola gota de sangre. Asombroso. Qué espectáculo. Qué fachada.

Como todo lo que ha hecho el enemigo para contaminar nuestro mundo, esta es una imagen pervertida. Si bien esos muchachos eran físicamente fuertes, eso es lo único que era fiel a la forma. Casi todo lo demás sobre su imagen era fabricado y falso. Su burla era ensayada. Sus resultados estaban predeterminados. Sus peleas eran coreografiadas. Con todo, era un espectáculo vacío. ¡Estoy seguro de que para la mayoría de ustedes no necesitaba entrar en este nivel de crítica para convencerlos de que la lucha libre profesional es una farsa! Pero proporciona un gran paralelo de cómo los caminos de este mundo conducen solo a una desilusión decepcionante. Esos luchadores de la WWE tienen más en común con Goliat que con cualquier otra figura bíblica, y todos sabemos que él fue derribado por un humilde pastor. Entonces, ¿por qué nuestra sociedad continúa celebrando los mismos rasgos de arrogancia y descaro en nuestros líderes?

Dios tiene un camino diferente. El camino de nuestro Rey es suave. En Su soberanía, Él no es exigente ni duro. De hecho, Su señorío se trata de darnos la opción de amarlo. Cuando Dios envió a Su Hijo al mundo, recibimos la imagen humana más verdadera de las intenciones de Dios. La humanidad tenía a Emanuel: «Dios con nosotros».

Dios no envió a Su Hijo, Jesús, al mundo para condenarnos, sino para que fuéramos salvos por medio de Él (Juan 3:17). Ciertamente, esa salvación es de la muerte eterna y la separación de Dios, pero Él también nos salvó de ser esclavizados por la depravación humana aquí en la tierra. Él nos ha dado a cada uno de nosotros una nueva imagen y una nueva forma de vivir la vida. Jesús pasó mucho tiempo hablando de Su estilo, que describió en un tema general de mansedumbre (humildad en Mateo 11:29; servicio en Marcos 10:45; humildad en Mateo 25:40; paz en Juan 14:27). La entrada de Jesús como un rey a Jerusalén, como se describe en Mateo 21:5, fue profetizada en Zacarías 9:9 como «humilde y montado en un burro» (PDT).

No se necesita mucho estudio de la historia para saber que los reyes, por regla general, no eran nada gentiles. De hecho, la mayoría de los reyes eran como esos luchadores de la WWE: arrogantes, duros y descarados. Para conquistar tierras y establecer reinos, esa era la forma en que había que hacerlo. Incluso los discípulos de Jesús esperaban que Él estableciera Su reino conquistando por lo que Jesús continuamente tenía que mostrarles un camino diferente. Su camino se apartaba del pensamiento convencional, lo que dejó a los discípulos declarando: «Su enseñanza es difícil» (Juan 6:60 PDT). ¡No entendieron! ¿Cómo podría ser la humildad la manera de establecer un reino? Y aunque no era una forma de establecer un reino terrenal, era la forma de traer el reino de los cielos a la tierra. Jesús entró en este reino terrenal desde un reino espiritual y trajo consigo los principios del reino que trastornaron el mundo.

Jesús se llama a sí mismo el Buen Pastor (Juan 10:11), y esta imagen real de un pastor también se conecta con David, quien fue elegido por Dios para pasar de pastorear el rebaño de su padre a pastorear la nación de Israel. Sabemos que el pastoreo requiere fuerza porque David dijo que tuvo que pelear físicamente contra un león y un oso. Y después de declarar que Él es el Buen Pastor, Jesús continuó diciendo que era porque un buen pastor da su vida por sus ovejas. ¡Este pastoreo ciertamente es un negocio arriesgado! Aun así, no se sabe que los pastores sean fuertes y poderosos con las ovejas. Ellos no conducen las ovejas; las guían con humildad. La combinación de fuerza y humildad mostrada por un pastor es la imagen que Jesús modeló para nosotros.

Nuestra naturaleza humana está en guerra con las cosas del Espíritu. Es por eso por lo que necesitamos que el Espíritu Santo nos llene para tener el poder de andar en esta vida. Jesús dijo que conocerás a las personas por sus frutos (ver Mateo 7:16), por lo que llamar «fruto» a los rasgos de carácter tiene sentido. El mundo sabrá si estamos siendo guiados por el Espíritu Santo cuando vean Su fruto en nuestras vidas, especialmente porque la humildad está en marcado contraste con lo que el mundo ofrece. Llenos del Espíritu Santo, los seguidores de Jesús tienen una increíble oportunidad de testificar de nuestro Rey. Su humildad es Su fuerza. ¡Mostrémosles el camino del Rey!

Oración

Dios, sabemos que luchamos contra las fuerzas espirituales de la oscuridad, ¡pero Tú eres más grande! Podemos tener valor porque Tú has vencido al mundo y recibimos tu Espíritu Santo para guiarnos en este día. Que podamos llevar el fruto de Tu reino y reflejarte a Ti, nuestro Rey, para que otros quieran conocerte. En el nombre de Jesús, amén.

Para mayor reflexión

1. ¿Qué significa la humildad para ti? ¿La ves como un signo de debilidad o fortaleza? ¿Por qué?
2. Pídele al Espíritu Santo que te muestre una manera en la que puedes ser más amable con alguien hoy.