21 maneras de prosperar a los 45Muestra

Cree que eres amada

Cada día y década, necesitamos recordar que somos más que suficiente. Valemos la pena. Algunas veces nos engañamos gastando nuestro tiempo, energía, e intenciones buscando el valor en lugar de operar desde un lugar de valor.

En nuestra juventud, no es raro encontrar nuestro valor en alguien más, en los aplausos de esas “personas” o en nuestra piel húmeda y cintura pequeña. En nuestros veintes y treintas, lo encontramos en el tamaño de nuestra casa, en un hombre, nuestro trabajo, en nuestro bolsillo, y en la menor cantidad posible de estrías después de los niños. Queremos lucir bien y tenerlo todo. Porque entonces somos dignas de amor, ¿correcto?

Como muchas, me he encontrado esforzándome y reinventándome a mí misma por el valor percibido que viene de alguien más. No hay nada inherentemente malo en todas esas cosas. Pero si se convierte en nuestro todo, por encima de la comunión con Jesús, tenemos un serio problema en nuestras manos. Continuamos luchando para ganar nuestro valor a través de la actividad y la propiedad, en lugar de vivir como una verdadera hija del Rey.

La verdad es que somos amadas. Todas y cada una de nosotras.

1 Juan 4:10 nos dice: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”.

El regalo del amor ya es nuestro. No hay fuente de aplauso que satisfaga nuestro deseo más profundo. Lo que creemos acerca de nosotras mismas a la luz de la generosa gracia salvadora de Dios es lo que marca la diferencia.

Podemos ser, simplemente, nosotras mismas. No una versión más reluciente, solo nosotras. Imperfectas y con defectos. Accedemos a él cuando invocamos a el Maestro. El Redentor. El Maestro envío a Su Hijo porque tú valías la pena. El Redentor busca redimir cada dolor, cada pecado, y cada pérdida porque a través de Él es posible la redención total.

En una cultura extinta, en donde eres valioso solo si tienes el color, el peso, el trabajo, el auto, y la Plataforma adecuados, podemos gritar desde el verdadero valor de todos, incluyéndonos. No definido por nuestras expectativas. Que podamos expresar el valor y el amor a nosotras mismas y a quienes nos rodean por el amor incondicional de Dios. Sin excepciones.