Cómo superar la pornografíaMuestra

Pulsa «pausa» en los viejos patrones y procesa el dolor

Al superar el consumo de pornografía, «caemos» en opciones poco saludables. Pasamos por patrones y ciclos recurrentes antes de acabar de nuevo en los lugares a los que juramos no volver. Experimentamos anhelos insatisfechos, empezamos a creer mentiras y luego respondemos con comportamientos que no son saludables. Lo que necesitamos es ayuda en los momentos en que se disparan nuestros pensamientos y sentimientos reactivos. Necesitamos apoyo, ánimo y ayuda.

Cuando te encuentres con una situación en la que un anhelo no sea satisfecho, en la que te sientas tentado a recurrir al porno, tómate un momento para «poner pausa». Recorre este proceso:

1. Identifica el anhelo insatisfecho que sientes. ¿Es rechazo, preocupación o ira? ¿Te sientes inseguro, poco apreciado o solo? ¿Qué pasó hoy, ayer o la semana pasada que pudo provocar esto?

2. Reconoce el anhelo divino que subyace a esa sensación. Por ejemplo, si te sientes rechazado, estás sintiendo un anhelo insatisfecho de aceptación. Si te sientes inseguro, el anhelo dado por Dios es el de una garantía de seguridad.

3. Contrarresta las mentiras y el discurso negativo con la verdad. Por ejemplo: «Me siento inútil e inadecuado, pero Dios dice que tengo un gran valor a sus ojos». O bien: «Me siento rechazado, pero sé que importo y que soy aceptado por Dios y por las personas de mi vida».

4. Busca la satisfacción de ese anhelo de forma saludable. Llama o envía un mensaje de texto a un amigo o mentor. Comparte que te sientes desvalorizado, procesa eso con ellos y pídeles que te recuerden tu verdadera identidad. Ser abiertos con personas confiables puede ayudarnos a comprender por qué volvemos a los comportamientos destructivos y nos ayuda a recuperarnos y, finalmente, a evitar las elecciones que no son saludables.

5. Acércate a Dios. Dile cómo te sientes y por qué, y cierra los ojos y visualiza Su amor y Su aceptación. Pide al Espíritu Santo que te ayude a creer en la verdad y a seguir experimentando la libertad.

Repetir estos pasos cuando experimentes una situación que provoque anhelos insatisfechos puede reprogramar tu corazón y recablear tu cerebro. Al igual que el consumo de pornografía libera dopamina en nuestro cerebro, la conexión significativa con otros seres humanos también libera dopamina. Esto muestra maravillosamente que, en lugar de lidiar con la pornografía, podemos recibir lo que anhelamos, incluso a nivel neurocientífico, a través de las formas saludables que Dios diseñó para nosotros. Con su ayuda, asumiendo la responsabilidad de nuestro crecimiento personal, podemos superar los comportamientos no deseados y vivir plenamente.

Dios, ayúdame a poner en práctica este consejo la próxima vez que me sienta tentado. Impúlsame a hacer una pausa y a procesar. Ayúdame a recordar tus promesas y a confiar en ellas.