Cómo superar la pornografíaMuestra

Entra en un ambiente de crecimiento espiritual y relacional

Uno de los mayores impulsores del uso de la pornografía es el deseo de una profunda conexión relacional. Todo el mundo desea ser conocido, amado y aceptado. Las personas fueron creadas como seres relacionales por un Dios trino que ha existido eternamente como un Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Necesitamos relaciones. Las investigaciones demuestran que la soledad es tan letal como fumar 15 cigarrillos al día. Además, las personas solitarias tienen un 50% más de probabilidades de morir prematuramente. Además, un estudio de la Universidad de Harvard de 80 años de duración ha descubierto que las buenas relaciones nos mantienen más felices y sanos. Todos tenemos necesidades que solo pueden satisfacerse a través de otras personas. Debemos desarrollar amistades con personas confiables, que no nos juzguen, no ofrezcan consejos no solicitados, ni cuenten nuestros asuntos a los demás. Amistades con personas que simplemente escuchen, ofrezcan palabras de ánimo y pregunten cómo pueden ayudar.

Durante años, me mantuve atrapado en la adicción a la pornografía y en una multitud de otras luchas, aislándome en lugar de participar en un entorno espiritual y relacional saludable. Limité seriamente mi crecimiento al hablar solo ocasionalmente sobre cómo me iba realmente y contra qué estaba luchando. En 1 Juan 1:7, se nos instruye a que caminemos en la luz, teniendo comunión con los demás y siendo limpiados de todo pecado por Jesús. Caminar en la luz es un estilo de vida diario en el que somos totalmente transparentes con Jesús y con personas confiables, sobre nuestro bienestar emocional y nuestras luchas. Implementar esto en mi vida es uno de los varios pasos que Dios utilizó para liberarme de la pornografía y la masturbación hace más de nueve años.

Si los anhelos de nuestro corazón, dados por Dios, se satisfacen de forma saludable, nos sentiremos valorados, capaces, amados, importantes, comprendidos, incluidos y seguros. Experimentaremos una vida de plenitud. ¿No suena esto como la vida próspera que todos anhelamos? Es posible, pero solo en el contexto de una relación con Dios y con los demás.

La sanidad comienza cuando empezamos a conectarnos en lugar de enfrentarnos, cuando desarrollamos un estilo de vida en el que nos acercamos a los demás en lugar de actuar. Podemos aspirar a una vida sin secretos, en la que cada día nos conozcan, nos amen, nos apoyen y nos conecten con Dios y con los demás.

Dios, ayúdame a encontrar amigos confiables que me ayuden a caminar en la luz contigo. Ayúdame a ser un amigo confiable para los demás.