Cómo superar la pornografíaMuestra

Comprender la mayor falsificación de hoy en día: la pornografía

Basta con entrar en las redes sociales o ver la última película para ser testigo de las diversas opiniones sobre el sexo, el matrimonio y las relaciones. Algunos ven el sexo como un acto puramente físico y sin ningún tipo de significado. Otros describen el sexo como una especie de logro supremo en la vida. Otros dicen que el sexo es sucio o que el deseo sexual es algo que Dios desaprueba.

Hoy, toda una generación ha sido introducida a una visión falsa del sexo a través de la pornografía. La pornografía contrasta con la ética sexual que afirmó Jesús; es una farsa que causa un gran daño a uno mismo, a las relaciones y a la sociedad.

¿Cómo perjudica la pornografía a una persona? Ver porno libera dopamina en el cerebro, lo que provoca una gran sensación de placer. Ver porno repetidamente lleva al desarrollo de vías neurológicas fijas y puede dar lugar a una adicción muy difícil de superar. A medida que la euforia disminuye, el usuario puede desear más pornografía, o pornografía más explícita o tabú.

El consumo constante de porno también provoca la atrofia del lóbulo frontal, lo que da lugar a una pérdida de control sobre las conductas y a un deterioro en la toma de decisiones. Puede provocar estrés tóxico, ansiedad, depresión y otros problemas mentales y emocionales. Investigaciones recientes muestran incluso que el porno puede provocar disfunción eréctil, problemas de excitación o para alcanzar el orgasmo, y una menor satisfacción sexual.

Por si los daños individuales no fueran suficientes, el porno daña las relaciones. Es directamente responsable de alimentar el uso y el abuso de otras personas, presentándolos como meras mercancías para los propios apetitos sexuales. Además, la pornografía enseña que el placer sexual debe tomarse, no darse y enseña expectativas poco realistas sobre el sexo. Además, las parejas casadas que ven porno tienen el doble de probabilidades de divorciarse y los cónyuges de los consumidores de porno suelen experimentar sentimientos de traición y rechazo.

El porno también perjudica a la sociedad. Su uso lleva a muchos a devaluar la monogamia, el matrimonio y la crianza de los hijos. Alimenta el sexismo y la cosificación sexual, el acoso, el abuso y la violencia. La industria del porno se beneficia de contenidos no consentidos y del abuso de otros, y está fuertemente vinculada a la trata de personas. En los últimos años, la pornografía también ha provocado un aumento de los abusos sexuales entre niños.

Todo esto aflige el corazón de Dios. Dios nos creó para vivir plenamente, para tener relaciones sanas y para respetar y valorar a otros seres humanos en pensamiento y obra. Si has experimentado el daño que provoca la pornografía, debes saber esto: Dios se preocupa por ti. La libertad es posible.

Dios, has creado el sexo y el placer sexual para el bien. Ayúdame a buscar lo que es bueno y a dejar de lado lo que es perjudicial. Trae sanidad y esperanza a mi vida y a todos los que han sido heridos por la pornografía.