Sobre Las AguasMuestra
Dios no nos deja
Cuando las cosas nos van bien nos sentimos acompañados y protegidos por el Padre eterno. Sentimos que reposamos, confiados en su cuidado y providencia, no hay lugar para las dudas. Todo marcha como queremos y nos podemos dar el lujo de disfrutar a manos llenas de su paz. “En lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará.” Ese es el mejor lugar para estar, ¿no les parece?
No obstante, a veces el cielo se pone gris y no nos parece muy cómodo el sitio en el que nos encontramos. Las circunstancias adversas que en ocasiones se presentan, van generando emociones y sentimientos que, de alguna u otra forma, desequilibran ese estado de paz y confianza en el que estábamos tan seguros y reposados.
Si hemos construido nuestra casa sobre la roca, que es Cristo, nuestra casa no se moverá. Esto es así, porque aunque el momento que vivimos sea difícil, Dios nos dará testimonio de su presencia en nosotros. Una presencia que no va y viene como lo hacen los malos y buenos momentos. Una presencia que sabemos que es permanente, porque como dice su Palabra, “No te desampararé, ni te dejaré.” Heb. 13:5
Dios sabe que no siempre nos sentimos tan seguros y confiados, Él nos conoce. No importa cuán fuertes nos sintamos para hacer frente a la adversidad, nuestra humana debilidad querrá enseñorearse de nosotros. Por eso la lucha de la fe, por eso la necesidad de orar y no desmayar.
No hagamos caso de las artimañas del enemigo, quien quiere que perdamos la conciencia de la presencia de Dios en nuestras vidas y sólo miremos los problemas que están ante nuestros ojos. Creámosle a Dios, que es más poderoso que el que está en el mundo, y que nos lleva de la mano haciéndonos sentir una fuerza divina que nos ayuda a avanzar seguros de que Él está con nosotros. “Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.” Sal. 37:5
La fe y la confianza, así como la paz deben ser compañeras nuestras en todas nuestras circunstancias. Sea que estemos caminando sobre las aguas o que sintamos que nuestros pies comienzan a hundirse. Éstas son regalos de Dios que llegaron a nuestras vidas con nuestra salvación en Cristo. Saberlo y reforzar ese conocimiento con la oración y el estudio de la Palabra de Dios, nos ayudará a enfrentar el tiempo de dificultad seguros del cuidado de Dios para nosotros.
Digamos lo que dijo el rey David a su alma, “Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque Jehová te ha hecho bien.” Sal. 116:7
Escrituras
Acerca de este Plan
En este plan reflexionaremos acerca de los momentos en los que necesitamos tener la certeza de que estamos acompañados y sostenidos por Dios. No es que lo hayamos olvidado, es que las circunstancias han tenido el efecto de hacernos mirar hacia ellas desviándonos de la poderosa verdad de la presencia de Dios en nosotros. Vayamos a la Palabra y dejemos que el Señor fortalezca nuestra fe.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/grettchen.figueroa