Sobre Las AguasMuestra
Por encima de las aguas
Me imagino que este título les llevará de inmediato a la escena en la que Jesús caminó sobre las aguas del mar de Galilea. Y esto es así porque no ha habido nadie en la historia que haya realizado tal hazaña. Sin embargo, esto no es totalmente cierto, porque hubo un hombre que tuvo la valentía y el arrojo de salir de la barca en la que estaba para ir hacia su Maestro caminando sobre las aguas.
La barca en la que estaba Pedro junto a los otros apóstoles se encontraba azotada por las olas debido al fuerte viento. Aun así, Pedro se atrevió, y descendió de la barca porque tuvo fe, Jesús le dijo “Ven” y él fue. Sabemos el resto de la historia, porque Pedro tuvo un momento en el que dudó y dejó de mirar al Señor, y pensamos que hasta allí llegó el milagro.
Lo cierto es que no fue así, el milagro continuó con el brazo extendido de Jesús que le sacó de las aguas. Y, ¿cómo creen ustedes que llegaron ambos a la barca? Caminando, por supuesto. Me encanta la experiencia de Pedro. A pesar del azote de las olas, como nos ocurre a nosotros cuando los tiempos no son buenos, Pedro dio pasos de fe porque su mirada estaba en Jesús.
La voluntad del Señor es que caminemos sobre las aguas, reconociendo que nuestro Dios es el Dios de lo imposible. Él nos ayuda a sobreponernos sobre las adversidades de la vida y nos anima a continuar viviendo por fe.
Puede ser que haya momentos de debilidad en los que los problemas o las circunstancias quieran desviar nuestra mirada de la fuente de nuestra salvación. Es entonces, cuando debemos recordar que nuestro Señor sigue presente en nuestras vidas, que su brazo se extiende para levantarnos y animarnos a que sigamos adelante. El Señor no dejó que Pedro se hundiese, muy probablemente se sintió orgulloso de ese discípulo, tan atrevido y audaz, que pensó en un momento de gran fe que podría repetir la hazaña de su Maestro.
Las dos experiencias de Pedro, caminar sobre las aguas así como hundirse en ellas, me hacen pensar en los momentos en los que nos sentimos estar sobre las alturas y los momentos en los que nos sentimos incapaces de lidiar contra la adversidad. Entonces recuerdo las palabras de nuestro Dios, “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.” Is. 43:2
Es el Señor quien nos sostiene y nos lleva de la mano, es Él quien nos pastorea y nos ayuda en todas nuestras circunstancias. Es Jesús quien extiende sus amantes brazos y nos invita a caminar con Él sobre las aguas.
Escrituras
Acerca de este Plan
En este plan reflexionaremos acerca de los momentos en los que necesitamos tener la certeza de que estamos acompañados y sostenidos por Dios. No es que lo hayamos olvidado, es que las circunstancias han tenido el efecto de hacernos mirar hacia ellas desviándonos de la poderosa verdad de la presencia de Dios en nosotros. Vayamos a la Palabra y dejemos que el Señor fortalezca nuestra fe.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/grettchen.figueroa