Sobre Las AguasMuestra
Claro que puedes
Todos hemos pasado por algún momento en la vida que nos ha llevado a decir no puedo. Me refiero a la visión que tenemos de nosotros mismos, en la que nos parece que no tenemos lo que se necesita para continuar. Esta manera de pensar, tiene que ver con el sentido humano de impotencia que se genera ante circunstancias que nos parece imposible superar.
No puedo seguir con esta lucha, no puedo hacer esto que Dios me pide, no puedo recibir más dificultades, no puedo dar un paso más, etc. Como ves estas expresiones se centran en nosotros, en lo que somos o no capaces de hacer o enfrentar. La realidad es que cuando nos miramos a nosotros mismos y vemos tantas debilidades, bajamos la cabeza y nos sentimos imposibilitados de vencer. Nos sentimos como Pedro cuando se enfocó en los fuertes vientos y vio como comenzó a hundirse en las aguas.
¡Gloria a Dios por Jesucristo! ¡Gloria a Dios por el Espíritu Santo que está en nosotros! ¡Gloria a nuestro Padre Celestial que ha tenido la bondad y la misericordia de morar en nosotros! Cuando le miramos a Él, cuando quitamos nuestros ojos de nuestra insuficiencia y los ponemos en el Todopoderoso Dios, a quien amamos y a quien servimos, la historia es diferente.
Cuando Moisés dijo no puedo, el Señor le dejó ver su poder; cuando Elías desmayó porque lo perseguían, Jehová lo reconfortó con sus palabras y renovó sus fuerzas; cuando Jeremías le dijo a Dios que no podía hacer lo que le pedía porque era un niño, el Señor le dijo: “Yo estoy contigo.”
Pablo experimentó ese poder en medio de todas sus circunstancias, y lleno de fe nos dice: “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2 Cor. 12:9
Jesucristo, Dios con nosotros, nos da lo que necesitamos para seguir adelante. Cuando nos sintamos incapaces, cuando sintamos que las fuerzas nos abandonan, cuando nos encontremos tentados a decir no puedo, imitemos a nuestro hermano Pablo, confesando esas grandes palabras de fe, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Fil. 4:13
Hablar de esa manera hace que quitemos nuestra mirada de nosotros mismos y la pongamos en Aquel que está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Is. 41:10
Acerca de este Plan
En este plan reflexionaremos acerca de los momentos en los que necesitamos tener la certeza de que estamos acompañados y sostenidos por Dios. No es que lo hayamos olvidado, es que las circunstancias han tenido el efecto de hacernos mirar hacia ellas desviándonos de la poderosa verdad de la presencia de Dios en nosotros. Vayamos a la Palabra y dejemos que el Señor fortalezca nuestra fe.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/grettchen.figueroa