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Sobre Las Aguas

DÍA 3 DE 5

Hacia dónde miramos

De vez en cuando caemos en ese letargo espiritual que hace que nuestros ojos se queden fijos sobre lo cotidiano, lo inmediato, lo terrenal. Las circunstancias y las diversas situaciones que se presentan en nuestras vidas acaparan toda nuestra atención. Es como un ancla que se tira al fondo del mar para evitar que la nave se mueva. Apenas hay fuerza para levantar la mirada porque no tenemos tiempo, porque estamos arropados por el problema, la enfermedad, la prueba o, lo que es peor, por la buena vida o por lo bien que nos va.

Dios, en repetidas ocasiones, nos exhorta a que levantemos nuestros ojos, a que le miremos a Él. Es un llamado de misericordia para que salgamos de ese estado en el que la fe se desinfla y la esperanza se diluye. Podemos mirar hacia arriba literalmente y encontrarnos con los cielos que Dios creó. Sea de noche o de día, siempre nuestra mirada se encontrará con algún detalle hermoso de la creación. Entonces recordaremos que la creación es obra del Creador y que ese Creador, es nuestro Dios.

“Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; Él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.” Is. 40:26 Nos encontramos con la verdad de su fuerza y su poder, y es como si el ancla que nos detenía fuese arrancada del mar y sentimos que volvemos a navegar.

El Señor, no solo quiere que alcemos nuestros ojos y miremos su creación, Él quiere que le miremos a Él. El salmista dijo: “A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos.” Sal. 123:1 Es lo que Dios quiere, que le miremos a Él. Cuando nuestra mirada permanece en Dios, no desaparecen nuestras circunstancias pero sabemos que son compartidas nuestras dudas, los temores, la incertidumbre. Nuestra mente se nutre de pensamientos de fe fundamentados en su Palabra.

Tal fue el caso de Moisés, quien a pesar de todas las circunstancias difíciles que experimentó en su vida, “Se sostuvo como viendo al Invisible.” Heb. 11:27

Pedro, en medio de su turbación y su temor, clamó al Señor y le rogó, “diciendo: ¡Señor, sálvame!” Y Jesús actuó de inmediato para salvarle. Mt. 14:30

En definitiva, podemos tener la certeza de que mirar a Dios en un acto de humildad, reconociendo que sólo Él puede ayudarnos, es un gran paso para la victoria. Mirar al Dios vivo es acudir al único que satisface la necesidad del alma y que nos eleva a las alturas.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Sobre Las Aguas

En este plan reflexionaremos acerca de los momentos en los que necesitamos tener la certeza de que estamos acompañados y sostenidos por Dios. No es que lo hayamos olvidado, es que las circunstancias han tenido el efecto de hacernos mirar hacia ellas desviándonos de la poderosa verdad de la presencia de Dios en nosotros. Vayamos a la Palabra y dejemos que el Señor fortalezca nuestra fe.

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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/grettchen.figueroa