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Sanar para avanzar

¿Alguna vez escuchaste la frase “somos lo que comemos”? Yo pienso que en parte sí, pero esta frase, tiene como raíz la siguiente: “Somos lo que pensamos”. Y esta frase, tiene como raíz, esta pregunta, ¿soy mis heridas? Muchas veces, nuestras heridas determinan nuestra forma de pensar, creando pensamientos distorsionados, y afecta tanto nuestra vida, nuestras decisiones, que llega a afectar decisiones tan simples como en decidir, ¿qué ceno hoy?

Hubo un tiempo que esta frase del Salmo 139 me generaba un poco de temor: “Señor, tú me examinas, tú me conoces”. Ir a la cruz, a veces me generó temor, porque debía exponerme ante Dios, me hacía sentirme vulnerable. Pero es un error tan grande, porque Dios es nuestro sanador, el temor, la culpa, la vergüenza, el fracaso, todas estas cosas, quedaron en la cruz. Jesús ya venció, por lo tanto, yo no debo cargar con algo que Cristo ya cargó y pagó por mí. Él me dio libertad.

¿Alguna vez te sentiste rechazado? ¿Alguna vez te sentiste fracasado? Muchas veces esos recuerdos, esas heridas, marcan nuestra personalidad y carácter. Estas heridas pueden limitar mi fe. Tener un corazón sano, hace que tengas una visión sana. Cuando caminas por fe, necesitas tener una visión sana para poder avanzar, aun cuando no hay camino. Muchos creen, que Moisés no entró en la Tierra prometida porque golpeó la piedra, cuando debía hablarle. Pero en realidad fue, porque cuando empezó a hablarle al pueblo, comenzó su discurso diciendo: “Escuchen ustedes, rebeldes…”. Le dio una identidad de fracaso a su propósito, al pueblo que lideraba. Yo lo entiendo, humanamente se cansó, se fastidió, no era fácil su tarea, pero cuando caminamos en fe, aprendiendo a darle el control a Dios, mis cargas las lleva el Señor, y así voy a poder caminar libre.

Oración:

Amado Dios, te doy gracias, porque en Tu presencia encuentro todo lo que necesito, te ruego que me des paz, que quites de mi corazón toda carga y peso, que yo pueda ser sanada, restaurada y renovada, para seguir caminando en libertad, gozo y amor. En el nombre de Jesús, amén.