Como Viendo Lo InvisibleMuestra

Estar de acuerdo con Dios

Una de las historias que nos cuentan de pequeños en la escuelita dominical, es la historia de Jonás, y de como se lo tragó “el gran pez”. En esta historia, lo que sucede es que Dios llama a Jonás, que era un profeta, a decirle al pueblo de Nínive que se arrepientan, porque si no, los destruiría. Jonás se fastidió, creo que no amaba esa ciudad, supongo que pensaría que merecían ser destruidos, quiso evitarse la pereza de andar proclamando la Palabra de Dios, porque también sabía, que si se arrepentían, Dios los perdonaría. La historia cuenta que Jonás tomó un barco para el lado contrario de Nínive, y se levanta una gran tormenta, y los marineros echaron suertes y descubrieron que Jonás era el culpable, así que Jonás dijo que lo echen al mar, y así lo hicieron y un gran pez se lo tragó y viajo adentro del pez 3 días, hasta llegar a Nínive, donde el pez lo expulsó. Durante el viaje, Jonás oro mucho, y le pidió perdón a Dios. Lee la historia completa porque sigue interesante.

¿Alguna vez te dio pereza seguir un llamado de Dios? O, ¿alguna vez no te gustó el lugar dónde Dios te llamo, pero fuiste por obediencia? Algo así me pasó, renuncie a muchas cosas por seguir un llamado, me dolió mucho morir a mí misma, pero trataba de verle el lado positivo a todo, intentaba sacar enseñanzas de las situaciones difíciles, hacer lo mejor que podía con lo que tenía. Pero otros días el desánimo que sentía arruinaba todo lo bueno que había hecho. En uno de esos días, un hermano de la iglesia dijo algo que sentí que era el Espíritu Santo hablándome. Dijo, “La gracia de Dios, muchas veces nos lleva a morir a nosotros mismos, pero esa misma gracia es la que nos levanta, y nos pone en un lugar de influencia”. Yo necesitaba recordar que no todo es morir, que Dios también me va a levantar. Y cuando le pregunte a Dios en casa, antes de irme a dormir, porque me desanime tanto ese día, me dijo que era porque yo no estaba de acuerdo con Él. Que si bien, tengo la capacidad de obedecer, aunque no me parezca, o no este de acuerdo con lo que Dios mande, eso provoca que no tenga una buena calidad de vida. Así que, tuve que orar y decirle a Dios todas las cosas que sentía, que me molestaban o que extrañaba, y cosa por cosa, empecé a declarar que Él iba a ser quien llene ese lugar, y encontré la paz que necesitaba.

Oración

Amado Dios, ayúdame a que mis pensamientos y emociones, estén en armonía contigo, a estar de acuerdo contigo en todo, a ser humilde, a amar y servir, y tener descanso. Que pueda ser feliz, en el lugar que me pusiste. En el nombre de Jesús, amén.