Servir a DiosMuestra

Obreros

Estamos llamados a servir, estamos llamados a compartir el evangelio a todas las naciones (Mateo 28:16-20).

Me lleno de alegría el pensar que Cristo una vez llegó a mi vida y la cambió por completo, el saber que ya no vivo yo sino que ahora Cristo vive en mí.

He comprendido que esta vida no se trata de alcanzar mis metas y sueños egoístas sino más bien de cumplir el plan de Dios para mi vida.

Jamás creí poder escribir un devocional y compartirlo con muchas personas, sin embargo solo por la infinita misericordia y por la gracia de Dios eso es posible.

Y hoy más que nunca comprendo que mi vida se trata de Cristo, sin Él no quiero vivirla.

Y no me gustaría cerrar este devocional sin antes animarte a continuar en el llamado que Dios ha puesto en tu corazón. Dios te está formando y capacitando para poder sacar lo mejor de ti y poder llevar a cabo el plan que tiene para tu vida.

Hoy más que nunca Dios necesita hombres y mujeres dispuestos a servirle con todo el corazón. Hay montones de personas a nuestro alrededor que mueren sin Jesús en su corazón, ¿y sabes lo terrible que eso significa?

En Mateo 9:36-38 encontramos un pasaje maravilloso:

"Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies".

Jesús tuvo compasión de ver a las personas desorientadas y perdidas como ovejas sin pastor. Esto me hace pensar cuántas veces hemos dejado de sentir compasión por el amigo (vecino, compañero de trabajo, familiar) que no conoce de Cristo y anda por el mundo como oveja sin pastor.

Pero Jesús les dice:

"A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies".

Estas palabras las dice antes de enviarlos y hace énfasis en que hay una multitud de personas que necesitan salvación pero hay pocos dispuestos a la obra.

Leí una frase que me llamó bastante la atención que decía lo siguiente:

“¿Puedes imaginar la angustia de un agricultor cuando ve sus campos dorados con cosecha y no hay siervos para recolectar esa cosecha? Era una agonía que llenó el corazón de Jesús cuando miró Su mies”. (Morrison)

Eres un obrero, si Dios te está llamando no dudes en poner manos a la obra. Ora por todos aquellos que no conocen de Cristo, sensibilízate por esas almas que se están perdiendo y trata de mostrar a Cristo en todas partes.

Sin embargo nada de esto es posible con nuestras propias fuerzas, necesitamos del Espíritu Santo. Recordemos que fue hasta Hechos 2 cuando el Espíritu Santo vino y que los discípulos fueron empoderados para iniciar con la gran comisión.

No son tus palabras bonitas, tus talentos o habilidades las que convencerán al mundo de que solo en Cristo hay salvación, es el Espíritu Santo que está en ti (Juan 16:7- 11).

No sé cuál es tu campo de cosecha, puede ser: la escuela, colegio, universidad, el trabajo, el gimnasio, el vecindario, el autobús, tu propia familia. Lo que sí puedo decirte es que es necesario continuar con la obra, seguir adelante y rogar a Dios que envíe más obreros.

¡Que Dios te bendiga!

Marco Masís Alpízar