El hábito de la gratitudMuestra
En este instante, las huestes celestiales están dando gracias ante la presencia de Dios. Piensa en eso. Al dar gracias, nos unimos al coro de las criaturas que le cantan a Dios. Apocalipsis abre la puerta entre nuestro mundo y el trono de Dios para que podamos ver este glorioso espectáculo. Los ángeles, los seres vivientes (que recuerdan imágenes de los animales nobles en el mundo de Narnia de C. S. Lewis) y los veinticuatro ancianos ofrecen alabanza y dan gracias a Dios.
Como pueblo de Dios nuestra gratitud en la tierra nos une a los ángeles de Dios en el cielo, y juntos, damos gracias a Aquel que es digno de toda nuestra adoración.
Ahora esto está sucediendo. Y acontecerá por la eternidad cuando los cielos desciendan y Dios more con nosotros en una Tierra Nueva. Isaías nos dice que ese día celebraremos como nunca antes lo hemos hecho. La mejor comida del Día de Acción de Gracias no se compara con la que tenemos ante nosotros, el compañerismo que nos rodea y el gozo que experimentamos. Esa fiesta estará llena de gratitud, regocijo y adoración. Esperamos con anhelo el día cuando el “felices para siempre” pase de ser una vaga expectativa con la que soñamos a la realidad eterna en la que vivimos.
En el libro de Apocalipsis, Juan nos ayuda a entender que la acción de dar gracias no es una disciplina espiritual temporal. La gratitud no rocia un poco de optimismo en nuestras vidas que de otro modo serían dolorosas en este mundo caído; la acción de dar gracias estará en el centro de todo lo que hagamos durante la eternidad.
Si eres cristiano, esta imagen del futuro te incluye. Eres parte de este pueblo. En algún lugar de la multitud de personas resucitadas, Juan te ve. La acción de dar gracias se derramará en alabanzas al Rey. La gratitud invadirá tu corazón y la acción de dar gracias saldrá de tu boca para siempre.
Damos gracias ahora porque lo haremos por la eternidad. Practicar la acción de gracias en el presente nos prepara para el concierto eterno de alabanza que está por venir. Cada tribu, lengua y nación celebrará juntos nuestra redención en Jesús.
La acción de dar gracias es nuestra futura vocación. Al fin disfrutaremos de todas las cosas y las recibiremos como dones de Dios. En vez de hacer mal uso de ellos o idolatrarlos, serán bendiciones que nos llevarán de vuelta a Dios. Aunque nos postremos ante su trono o caminemos sobre la Nueva Tierra, todo nos llevará a la gratitud centrada en Dios.
Espero que la visión de la acción de dar gracias ante la presencia de Dios ahora y en el futuro, nos motive hacia la acción de dar gracias aquí y ahora. Aunque todavía no lo vemos como lo veremos algún día, aún así lo conocemos. Mediante los ojos de la fe, vemos su bondad, provisión, fidelidad, cuidado y amor hacia nosotros como hijos. Hemos recibido su misericordia, gracia y perdón.
El mejor entrenamiento para nuestro futuro es cultivar la acción de dar gracias hoy. Nos preparamos para la eternidad dando gracias ahora.
Acerca de este Plan
Este plan de siete días describe hábitos simples que conducen a una vida de gratitud. Ya sea entrenando nuestra lengua para decir gracias o aprendiendo hábitos diarios para aumentar el agradecimiento, este plan te ayudará a tomar conciencia sobre la bondad que te rodea y te ayudará a vivir una vida de gratitud.
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