El hábito de la gratitudEjemplo

Durante gran parte de mi vida, el Día de Acción de Gracias ha sido una actividad que se realiza una vez al año. Doy gracias el día de Acción de Gracias. Si lo hago con frecuencia, el Día de Acción de Gracias se convierte en un día de pavo y fútbol. ¿Cierto? No diría eso (en voz alta), pero muchas veces vivo olvidando expresar agradecimiento. La gratitud es para todos los días y en cada momento. Es una acción (dar gracias) y una disposición (gratitud) para toda la vida.

Pero algunos días no nos agrada. Cuando estoy cansado y agotado, la gratitud se desvanece en mi. También sucede cuando me quejo y me lamento. Hay días en que me preocupo fácilmente, pero otras veces el cansancio nubla los ojos del alma. La confunsión de mi mente invade todo mi cuerpo y la gratitud es frustante. Sería más fácil decir: “Hoy no, lo haré en otro momento". Sé que contener la acción de dar gracias es como oprimir el botón para dormir. Posponer la gratitud ahora hace que sea más fácil dejar de practicarla mańana.

David nos enseña que la gratitud demanda intención. Existen muchas razones para dar gracias a Dios diariamente. Pero esto no significa que siempre nos sintamos agradecidos o notemos estas bendiciones. No dejes que tus sentimientos y experiencias tomen las decisiones. Guía tus sentimientos recordándole a tu corazón sobre las razones para estar agradecido.

Debido a que no siempre nos sentimos agradecidos o deseamos dar las gracias, la intención es importante. Fortalecemos nuestros corazones modificando nuestros hábitos. Una vida de quejas no desaparece de inmediato, pero al adoptar diariamente el hábito de dar gracias, la gratitud debilita nuestro espíritu de queja. Con el tiempo, la práctica de dar gracias se convierte en un hábito que forma en nosotros una actitud de gratitud en lugar de quejarnos.

Recuerda, comenzamos como David, eligiendo dar gracias todos los días. Si llegar a ser una persona agradecida te parece algo lejano, comienza dando gracias hoy, luego mañana y al día siguiente. Haz un plan para hacer esto todos los días.

No te desanimes si esto te resulta difícil al principio. Como cualquier ejercicio de entrenamiento, comenzar y mantenerlo es la parte más difícil. Antes de continuar con tu día, considera dos cosas. Primero, ¿cuáles son las cinco razones por las que puedes agradecer a Dios en este momento? Y segundo, ¿cómo harías para crear el hábito de dar gracias en tu rutina diaria?

No existe un plan específico para la acción de dar gracias, así que elige el que funcione para ti. Pero la clave es hacerlo voluntariamente. Cultiva una actitud de gratitud ante Dios eligiendo practicar la acción de darle gracias todos los días.