La Paternidad De DiosMuestra

¿Qué estás haciendo con la herencia?

Cuando me adentré en la Escritura, a través de la parábola del hijo prodigo; me fue revelado, el cómo me había relacionado con mi Padre; si más desde su Señorío y Majestuosidad o más desde su Paternidad. Obviamente, no se puede desligar absolutamente ninguna virtud de Su carácter; Él ES, no deja de ser y no es menos Padre que Señor ni menos Señor que Padre. Él es perfecto, el GRAN YO SOY. Sin embargo, puede ser que a muchos cristianos como a mí, les haya pasado que en su caminar cristiano hayan podido experimentar más a Dios, como Señor que como Padre; sin que esto quiera decir, que no lo hayan visto ni sentido ni reconocido como Padre.

En Lucas 15:12, podemos confirmar que el padre repartió la herencia entre sus dos hijos; no sólo le dio la herencia que le correspondía a su hijo menor, sino que también entregó por igualdad, la herencia a su hijo mayor. Es decir, a ambos hijos les fue entregada la misma herencia. Lo que también sucede con nosotros al ser adoptados como hijos de Dios, Él nos hizo herederos y coherederos juntamente con Cristo Jesús. Ahora, ¿qué hicieron los hijos de este padre con la herencia que les entregó?

El menor, se fue de la casa de su padre y malgastó toda la herencia recibida; mientras que el hijo mayor, se quedó en casa de su padre, trabajando y sirviendo a su padre con disciplina y obediencia. Sin embargo, cuando el hijo menor reconoció su error y determinó regresar a la casa de su padre, pensando que iba a ser tratado de manera diferente; su padre lo recibió con amor, lo vistió con una túnica especial, le puso un anillo, sandalias y mandó a matar un becerro para hacer una gran fiesta por su regreso, pero más que por su regreso, por su arrepentimiento.

Cuando el hijo mayor se enteró, se enojó y reclamó a su padre el porqué con él nunca había hecho lo que estaba haciendo con su hermano; cuando a sus ojos, según él, no lo merecía; mientras que él le había servido con fervor y obediencia durante todos esos años. El hermano mayor estando en casa de su padre, viviendo con él, teniendo la herencia de su padre y pudiéndola disfrutar; se ocupó todo el tiempo en servirle al padre, como siervo, respetando su autoridad como señor de la casa, como señor de su vida. Pudiendo disfrutar de la herencia y de la paternidad de su padre, él se enfocó más en servir y trabajar como siervo, que en gozarse como hijo, con la ventaja de que nunca se había ido de casa.

Podríamos decir, que ambos hijos malgastaron la herencia; uno porque la derrochó en cosas vanas que lo llevaron al punto de la vergüenza, y el otro con la herencia en sus manos no la disfrutó, ni siquiera fue consciente de que la tenía y que también podía usarla en lo que pensaba aquel hermano menor no merecía recibir. Y tú, ¿qué estás haciendo con la herencia?