¿Quién Es Este Hombre?Muestra

Día 7: Mirar a Jesús

He descubierto que en la vida cristiana hay un solo secreto: Mirar a Jesús. La experiencia que todo lo cambia es ver a Jesús. Muchas veces nos pasa que perdemos el foco y nos apoyamos en otras cosas, es ahí cuando nos confundimos.

Todo empieza por mirar a Jesús.

La liberación en este hombre sin esperanza empezó por mirar a Jesús. Cuando lo miramos a Él el cielo viene a la tierra, lo sobrenatural se conecta con lo natural y los milagros irrumpen.

"Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más" (Isaías 45.22).

El secreto de la salvación está en el “mirar". La palabra mirar que se utiliza tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se refiere a “creer". Los israelitas miraron con los ojos físicos la serpiente de bronce que Moisés había construido y fueron sanos. Nosotros debemos mirar con los ojos espirituales, con ojos del corazón y creer.

"Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3.14-15).

La fe es una mirada.

"Los que miraron a él fueron alumbrados" (Salmo 34:5).

Son los ojos del alma los que se conectan con Dios. Esta fe está colocada en el cimiento de nuestra vida espiritual.

"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe"(Hebreos 12:2).

La salvación viene por una mirada a Él, que es “Dios justo y Salvador”. ¡Cuán simple es la orden! “Mirad a mí”.

Hemos mirado a otras partes durante suficiente tiempo. Ya es hora de que le miremos solo a Él, que invita nuestra esperanza y promete darnos Su salvación. Todo lo que necesitamos se encuentra en el Señor nuestro Dios, y si lo miramos a Él para todo, todo será nuestro, y seremos salvos. Tan solo una mirada, no necesita esfuerzo, ni talentos, ni sabiduría, mucho menos recursos, basta con decidir mirar a Jesús.

La mirada revela dónde hemos puesto nuestro apoyo en la vida. Nuestra mirada traza un destino, donde están puestas nuestras expectativas y esperanzas. Allí también definimos la fuente de nuestras expectativas.

"Jesús antes de partir los panes y experimentar la multiplicación, alzó los ojos" (Mateo 14:19).

Siempre que levantemos la mirada, empezarán los milagros. Todo lo que hacía Jesús, lo hacía mirando al Padre. De la misma manera debemos actuar Sus hijos, siguiendo el ejemplo de Jesús en nuestro diario accionar. El reino de las tinieblas está activo, buscando atormentar, destruir y traer muerte. Pero nada de esto debe atemorizarnos si sabemos en quien estamos afirmados. Ese es Jesús, el que humilló a Satanás en Su muerte en la cruz y vendrá entre las nubes a vencer por completo al maligno. Jesús, el mayor ejemplo de amor que pudo existir es a quien debemos mirar todos los días de nuestra vida. ¡Amén, gracias amado Salvador!