Respaldados Por DiosMuestra

Como nos lo enseña Deuteronomio 31: 8, Dios ha determinado en Su preciosa voluntad, estar siempre con nosotros; no nos deja, y siempre va por delante. Hoy comenzaremos a estudiar este versículo que es una de las promesas más grandes en toda la Escritura.

Debemos analizar con cuidado la primer promesa de este versículo; Dios va delante de nosotros. Esto se ha interpretado de forma equivocada muchas veces, creemos que como Dios lo ha prometido, entonces Dios está obligado a ir delante de nosotros por dónde nosotros queremos movernos en esta vida. Por ejemplo: "Hoy quiero adquirir determinada propiedad sin haber orando o recibido dirección de Dios, pero no importa porque Dios va delante de mí" O: "Quiero casarme con esta persona aun cuando no he preguntado al Padre, pero Dios va delante de mí, entonces todo irá bien". Y, una más: "Creo que debo invertir en este negocio y saldrá bien porque Dios va delante de mí". En cada uno de estos ejemplos y cientos más hay una sola consecuencia ¡El error!

Cuando la Escritura nos otorga la promesa de que Dios va delante de nosotros, se refiera a que Él ha ido "abriendo camino" para guiarnos por donde debemos andar. En todas las áreas de nuestra vida Dios va delante de nosotros porque nos va marcando la dirección, el camino, el sendero por el cual Su propósito se realizará en nuestras vidas y no puede existir nada mejor para cada uno de nosotros que llevar a cabo Sus planes. No podemos nosotros llevar a Dios por delante de nuestros planes y decisiones creyendo que Él nos respaldará, Dios jamás respaldará lo que no está conforme a Su voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta.

Rindamos pues todos nuestros anhelos a Su voluntad, la cual nos traerá justo el cumplimiento de la promesa. Que sea Jesús mismo quien va delante de nosotros y entonces viviremos en paz, en abundancia y llenos de Su presencia.