Cómo Lidiar Con La AnsiedadMuestra

CÓMO LIDIAR CON LA ANSIEDAD (Parte 1)

Hace aproximadamente 18 meses, tuve una experiencia irracional pero emocional con la ansiedad. Estaba parado en la sala de estar de un entrenador vocal que me estaba ayudando a corregir algunos de mis malos hábitos al hablar en público y, de repente, pude sentir que mi cerebro y mi cuerpo comenzaban a desmoronarse. En un momento, noté que los dedos de mis pies estaban doblados hacia arriba, en posición vertical. “¿Estás bien?”, me preguntó el chico pero yo no sabía qué decir además de “Lo siento; tengo que irme." Mirando hacia atrás, no había nada de lógica, pero había algo poderoso.

¿Has vivido en una situación similar? El veinte por ciento de los adultos estadounidenses afirman que sí, y tengo el presentimiento de que el número es igual de alto dentro de la iglesia. Aunque los cristianos sabemos que no debemos preocuparnos, todavía lo hacemos. Aunque los cristianos sabemos que debemos confiar, todavía no lo hacemos.

Un hombre se preocupa por morir joven, aunque en realidad no está enfermo y sepa que Jesús conquistó la muerte. Una mujer se preocupa por ser lo suficientemente buena ante Dios, aunque es perfecta por medio de Cristo. A otra persona le preocupa que su lucha con la preocupación sea una prueba de que en realidad no está tan arrepentido, y tal vez no es tan digno, y quizás Dios esté enojado.

Dado que muchos de nosotros hemos lidiado con la ansiedad, quiero tomarme un tiempo para descubrir cómo lidiar con ella desde una perspectiva bíblica, verdades que se complementan maravillosamente con buenos medicamentos y consejería profesional. Después de todo, Pedro nos animó: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. (1 Pedro 5:7).