La gloria de Dios en el cielo.Muestra
Recuerda que Dios te ha bendecido doblemente.
Por el Rev. Joel Gaertner
Si preguntas a la mayoría de las personas cuáles son sus bendiciones, responderán que son la familia, el trabajo, el hogar, y otras cosas materiales. Ciertamente son bendiciones que Dios nos ha dado, pero si te fijas en el versículo anterior, verás que Pablo nos recuerda que las bendiciones de Dios son materiales (alimento, semillas, etc) y espirituales (justicia).
En este versículo hay tres palabras cruciales en las que debemos centrarnos: “el que provee ”. Estas palabras nos recuerdan que antes de enfocarnos o hablar de las bendiciones que recibimos, primero debemos reconocer y agradecer al que es la fuente de esas bendiciones, Dios.
¿Notaste que con frecuencia nuestro enfoque tiende a centrarse en las bendiciones en sí y olvidamos rápidamente al que es proveedor y fuente de esas bendiciones? Podemos tentarnos a pensar que tenemos estas "cosas" porque trabajamos duro para comprarlas o porque nos esforzamos en conseguirlas. Sin embargo, Pablo nos dice que es Dios quien provee todo lo que tenemos. Dios nos da la energía, la habilidad y todo lo necesario para realizar el trabajo y obtener las "cosas" que tenemos. Esto significa que al mirar nuestras bendiciones, reconociendo cuán abundantemente hemos sido bendecidos, siendo llevados a dar gracias, lo primero que tenemos que hacer es reconocer con humildad al Proveedor de todo lo que tenemos.
El versículo anterior también nos recuerda que Dios nos ha provisto y bendecido doblemente. Sí, en su gracia nos ha dado "cosas" materiales. A menudo, agradecer es un proceso mental reservado para quienes celebran el día de Acción de Gracias en noviembre. Pero si lo piensas, te darás cuenta que debemos dar gracias cada día por recibir y disfrutar las cosas materiales. Recuerda lo que decimos en el Padrenuestro: “Danos hoy nuestro pan cotidiano.”
Fácilmente nos enfocarnos en las cosas materiales y temporales olvidándonoslo de la mayor bendición, la bendición espiritual que nos garantiza un hogar perfecto y eterno en el cielo. Notaste que al ser guiado por Dios a escribir esas palabras, Pablo establece que si tenemos la vista puesta en Dios, Él nos bendecirá con abundancia tanto material como espiritualmente.
¿Le pides a Dios que aumente tu fe en la misma medida en que le pides prosperidad material o financiera?
Agradece tus bendiciones materiales, enfócate en tus bendiciones espirituales, ¡así recordarás que eres doblemente bendecido!
Oración: Misericordioso Dios, ayúdame a comprender con gratitud la manera en que me has bendecido. Al ver la abundancia de tus bendiciones materiales en cada área de mi vida, mantén mis ojos enfocados en lo que me has dado, fe en Jesús como mi Salvador, el perdón de todos mis pecados, y un lugar reservado para mí en el cielo. Guíame a reconocer que todo esto es un don gratuito de Tu amorosa mano. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Como cristianos, crecemos oyendo historias acerca de Jesús quien terminó muriendo en nuestro lugar y se levantó de la muerte para garantizar nuestra resurrección al cielo. Tenemos la sabiduría y el conocimiento para comprender que el cielo es nuestro hogar y que allí veremos la gloria de Dios. Esta serie devocional de 10 días se enfoca en nuestro eterno y perfecto hogar en el cielo.
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