Rodeados, pero no derrotadosMuestra
3.- Pon tu vida en manos de Dios.
¿Dónde está cimentada la esperanza de tu vida? Muchas personas ponen su esperanza en recibir algún dinero, otras cuantas viven esperando algún día o algún evento. Por ejemplo, cuando mi mamá o yo atravesamos por un día difícil nos decimos mutuamente de broma “tranquilo, ya casi es navidad”. Los cimientos de nuestra vida son aquellas cosas que nos dan ánimos para seguir avanzando, aun en la dificultad, algo así como una idea “feliz” que tienes en medio de la preocupación.
Yo pienso que una vida cimentada en cosas terrenales es una vida propensa a derrumbarse con facilidad. Sin embargo, una vida cimentada en Dios es una vida que, aunque se tambalee no puede ser derribada;
1 Pedro dice lo siguiente: "Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes" (1 Pedro 5:7 NTV )
Proverbios dice lo siguiente: "Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito" (Proverbios 16:3 NTV ).
Ahora vamos a leer Juan 16:33, este versículo ya lo leímos el primer día de este devocional, sin embargo, ahora lo vamos a leer enfocándonos en la Buena Noticia, Jesús venció al mundo:
Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo" (Juan 16:33 NTV).
Piensa esto: ¿Podría mi vida estar cimentada en un mejor lugar que las manos de Aquel que venció al mundo? Yo creo que no, pienso que una persona que sabe que su vida esta cimentada en Jesús es una persona que puede tener paz en un mundo de lleno pruebas y tristezas.
En esta vida van a haber muchos momentos donde vamos a sentir que las preocupaciones y ansiedades nos rodean. Los malos días son reales, pero la promesa de Jesús también es real: “Anímense, porque yo he vencido al mundo”, con esta promesa podemos caminar con la paz que, aunque estemos rodeados, no estamos derrotados.
Si hoy quieres poner tu vida en manos de Dios acompáñame a hacer esta oración:
Señor, te doy gracias porque has vencido mis dificultades, gracias porque tienes autoridad sobre mis malos días. Hoy quiero poner mi vida en Tus manos, te entrego todo lo que soy y todo lo que seré, permite que pueda caminar con paz y que encuentre ánimos en Tu victoria sobre el mundo. Te lo pido en el nombre de Tu Hijo Jesús, amén.
Dios puso en mi corazón colocar una última oración al final de este devocional. Quizá has llegado hasta este punto, pero nunca le has entregado tu vida a Dios y nunca lo has reconocido como tu Salvador. Quizá lo has hecho en el pasado, pero te has apartado y necesitas volver; La biblia dice en Juan 1:12-13 que todo aquel que cree en Jesús tiene el derecho de ser llamado hijo de Dios, una nueva vida comienza para todo aquel que cree que Jesús es su Señor y Salvador. Si hoy quieres entregarle tu vida a Dios acompáñame a hacer esta oración con fe:
Yo creo y confieso que Jesús es el Hijo de Dios, creo que murió y resucitó para perdonar mis pecados y darme salvación. Jesús, gracias por amarme, hoy quiero que seas mi Salvador, el líder de mi vida y mi ejemplo a seguir. Me arrepiento de mis pecados y recibo Tu perdón total, llena mi vida con Tu Espíritu Santo y con Tu amor, dame el poder para vivir la vida que quieres para mí. A partir de hoy creo que soy un hij@ de Dios, creo que soy amado, soy perdonado, soy bendecido y tengo vida eterna. Amén.
Acerca de este Plan
¿Estás pasando por un mal día? ¿Has sentido que los problemas te rodean? Si es así, este plan tiene como objetivo ayudarte a recobrar los ánimos en medio de esos malos días. Si sientes que la ansiedad, el miedo, el estrés o la depresión están tomando control de tu vida, no te desanimes, con Jesús de nuestro lado podemos estar rodeados, pero nunca derrotados.
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