Rodeados, pero no derrotadosMuestra

1.- Mantén firme tu fe.

¿Qué haces al atravesar una racha de malos días? Yo, por ejemplo, tomo una actitud de flojera y opto por usar pijama todo el día, ver películas o escuchar música triste. Mi relación con Dios se ve afectada, me cuesta mucho orar, leer mi Biblia y a veces hasta escuchar música “de la iglesia”. Lo cierto es que hacer estas cosas pueden perjudicarme más que la propia mala racha. Lo ideal sería mantenernos firmes en nuestra fe a pesar la situación.

Pero, ¿cómo mantengo firme mi fe? En Hechos 16:25 leemos algunas cosas que Pablo y Silas hicieron en medio de un mal día (el contexto de la historia son Pablo y Silas siendo culpados de imponer costumbres ilegales para los romanos, como consecuencia, son desnudados, golpeados brutalmente y encerrados en la cárcel):

"Alrededor de la medianoche, Pablo y Silas estaban orando y cantando himnos a Dios, y los demás prisioneros escuchaban" (Hechos de los Apóstoles 16:25 NTV ).

1. Orar: Al orar creamos un espacio de comunicación con Dios. Muchas veces queremos que Dios nos escuche, pero no hablamos con Él. Jesús dice en Mateo 21:22 que si oramos con fe recibiremos lo que pedimos en oración.
2. Alabar: Alabar es una forma de declarar nuestra fe. Un corazón desanimado es un corazón que tiene una esperanza difuminada en Dios (Salmos 42:5-6). Alabar nos ayuda a recordar quien es el que sostiene nuestra vida.
3. Declara tu fe: Lo sé, puede ser muy difícil hablar con fe cuando atravesamos una rancha de malos días. Pero precisamente, de eso se trata la fe. Declarar nuestra fe es una manera de reafirmar lo que creemos.

No tienes que pasar por esto solo. Otro ejemplo de mantenerse firme en fe lo podemos encontrar en el libro de Daniel donde leemos la historia de Sadrac, Mesac y Abed-nego, 3 personas que por su fe fueron condenados por el rey Nabucodonosor a morir en un horno de fuego. Lo sorprendente de la historia es que estar en el horno no les hizo daño alguno, y eso nos es todo, la mejor parte es que al estar en el horno el rey Nabucodonosor vio a 4 personas en el fuego en vez de a 3 (Daniel 3:25). ¿Qué quiere decir esto? No estás solo en esta temporada, Jesús mismo esta viviendo el fuego junto a ti.

Físicamente no habían tenido daños, ni siquiera el olor a humo se les quedó en la ropa (Daniel 3:27). Sin embargo, te puedo asegurar que su espíritu salió completamente fortalecido después de experimentar de cerca el cuidado de Dios. Esa es la diferencia de atravesar los malos días con una fe firme a atravesarlos con una fe dudosa. Cuando un seguidor de Cristo entra al fuego no se quema, se forja.

Ten ánimo porque, aunque esta temporada en tu vida pueda parecer un horno de fuego, te aseguro que no saldrás igual que como entraste al horno. Por el contrario, saldrás con una fe renovada y un testimonio que fortalecerá tu relación con Dios.

Acompáñame a orar:

Dios, gracias porque no tengo que pasar esta temporada solo, gracias porque estás conmigo entre las llamas. Dame la fuerza para mantenerme firme en fe, provee en mi corazón la convicción para orar, alabar y declarar mi fe. En el nombre de Tu Hijo Jesús, amén.