Ven, Señor Jesús VenMuestra

Haciendo discípulos

Lectura: Mateo 28:16—20

DEVOCIONAL: Mateo 28:19—20

Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñadles a guardar todas las cosas que os he mandado. Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

En el Texto

Jesús está con nosotras hasta el fin. Conocemos nuestro propósito. Conocemos nuestra misión. Se nos instruye a salir al mundo y hacer discípulos en todas las naciones. Salir al mundo significa viajar a otros países, y también significa cruzar la calle o, en algunos casos, incluso las habitaciones de nuestras casas. Necesitamos compartir a Cristo con los que están cerca y con los que están lejos. Necesitamos enseñar a otros la Palabra de Dios y cómo obedecerla. Eso es más que una simple conversión; Jesús quiere que discipulemos a esta generación.

Cuando piensas en el modelo de cómo Jesús eligió discipular a Sus doce discípulos, verás que no solo les enseñó la Palabra de Dios, sino también cómo vivirla. No es suficiente conocer la Palabra de Dios en nuestras mentes; debemos permitir que la Palabra de Dios penetre en nuestro corazón y nos cambie de adentro hacia afuera. La Palabra de Dios debe impactar la forma en que vivimos nuestras vidas, la forma en que amamos, servimos y tratamos a los demás. Si bien todo esto es un proceso y toma tiempo, vemos que Jesús vivió e invirtió en un grupo selecto de doce hombres. Estos hombres estaban lejos de ser perfectos. No siempre entendieron a Jesús, pero Jesús nunca se dio por vencido con ellos.

El discipulado es difícil. El discipulado toma tiempo. Pero este es el mandato que nos dejó Jesús: haced como yo he hecho. Los números no importan. Invierte tu vida en un grupo de personas. Enséñales la Palabra de Dios y cómo obedecerla. Llega a quienes tienes cerca y a quienes están en los confines de la tierra. Nadie está demasiado lejos de Dios. Todos son bienvenidos al pie de la cruz. Él mismo lo ha hecho, y a pesar de que es algo difícil, nos ha prometido algo que cambia las reglas del juego: Él está con nosotras siempre.

Oración

Querido Señor, gracias por la promesa de que siempre estás con nosotras. Hoy, oro por Tu favor y por puertas abiertas para compartir con valentía con los que están cerca de mí y en cualquier lugar que me envíes. Gracias por esta oportunidad de participar en esta increíble historia de amor que estás escribiendo con nuestras vidas. Por favor, abre los corazones y las mentes de esta generación a Tu amor. Oro para que esta generación se vuelva de sus caminos pecaminosos a Ti. Oro por la salvación de aquellos que aún no te conocen, y oro para que el Espíritu Santo obre poderosamente a través de quienes llevamos Tu nombre. Oro por una gran cosecha como nunca antes. Oro para que venga Tu Reino y se haga Tu voluntad. Hasta el día en que te veamos cara a cara, oraremos, ven, Señor Jesús, ven. Amén.