Ven, Señor Jesús VenMuestra

No os conozco

Lectura: Mateo 25

DEVOCIONAL: Mateo 25:12

Mas él respondió diciendo: «Os aseguro que no os conozco».

En el Texto

El Discurso del Monte de los Olivos continúa en Mateo 25. En esta sección de las Escrituras, leemos más parábolas que Jesús enseñó en el Monte de los Olivos acerca de los últimos tiempos. Una parábola que siempre me preocupó cuando era más joven fue la parábola de las diez vírgenes. Quería asegurarme de que cuando Cristo regresara, yo estuviera lista.

Parte de estar lista y preparada es asegurarse de conocer a Jesús personalmente. No es suficiente saber acerca de Jesús. Conocer hechos sobre Él como lo harías sobre un personaje histórico de la clase de historia no será suficiente. Conocer a Jesús no es lo mismo que tener una relación personal con Él. Conocer historias acerca de Jesús no te llevará al cielo. Venir de un hogar cristiano fuerte y recibir enseñanzas acerca de Jesús desde una edad temprana tampoco es lo mismo que conocerlo personalmente.

No puedes entrar al cielo exhibiendo tu pedigrí. Para asegurarse de estar incluida en el banquete de bodas y ser invitada, es necesario conocer personalmente al novio: Jesucristo. Tu relación con Jesús debe ser tuya. No puede ser cedida, comprada o prestada. La impactante verdad de esta parábola es que habrá personas que se creen cristianas porque han sido engañadas al pensar que conocer a Jesús es lo mismo que tener una relación personal con Él. Esas serán como las cinco vírgenes que se quedaron sin aceite y no estaban preparadas cuando el novio regresó porque realmente no pusieron su fe en Jesucristo como su Señor y Salvador.

Oración

Querido Señor, hoy elevo ante Ti a todos aquellos en mi vida que te conocen y creen que son salvos. Ruego que vean su error antes de que regreses. Por favor, utilízame a mí y a otros en sus vidas para ayudarlos a ver que conocer acerca de Ti no es lo mismo que conocerte. Ruego que todos aquellos en mi vida tengan una relación personal contigo, y todos estemos preparados para ese día maravilloso cuando regreses. Hasta entonces, te ruego, ven, Señor Jesús, ven. Amén.