El Lenguaje "Incomprensible" De DiosMuestra

Planes de bien y no de mal

Algunos de los textos más aparentemente incomprensibles de las Escrituras, que son en definitiva la palabra misma de Dios, son por otro lado la mayor fuente de consuelo y fortaleza que podemos obtener cuando somos capaces, por el Espíritu, de leerlas, entenderlas y atesorarlas “desde arriba”.

Mencionábamos días atrás las dificultades para entender la “buena, agradable y perfecta” voluntad de Dios (Romanos 12:1), sin esa lectura espiritual, y lo mismo sucede con textos como el que nos ocupa hoy en Jeremías. Dios manifiesta allí planes de bien, y no de mal para nosotros, para darnos un futuro y una esperanza o, como dicen algunas versiones: “para darnos el fin que esperamos”.

Si interpretamos ese “fin” desde nuestra expectativa y deseo humanos, muy posiblemente caigamos en aquello de lo que el Apóstol Santiago avisaba a sus lectores: no recibimos porque pedimos mal, para nuestros propios deleites. La gente hoy, y entre esa multitud nosotros, seguimos anhelando éxito, posesiones, reconocimiento, beneficio personal... Cuando la economía del Reino de Dios se mueve en otros términos.

Mientras como hijos de nuestro tiempo que somos nuestras peticiones sigan colocadas en el lugar incorrecto, no solo no entenderemos palabras tan gloriosas como las que Dios dice a Jeremías acerca de Sus propósitos para con él (y nosotros), sino que además seguiremos viendo al Señor con suspicacia, dudando de Su bondad cuando no recibimos lo que pedimos, cuestionando Sus palabras, ahondando en un eterno “No te entiendo”, cuando en realidad no estamos leyendo Sus palabras desde el corazón con que nos las dio.

La transformación de nuestra mente pasa por:

• Anhelar otras cosas.
• Pedir otras cosas.
• recibir otras cosas.

Si así lo hacemos, si perseguimos algo diferente y tocamos puertas distintas, recibiremos, hallaremos y se nos abrirá, porque Jesús mismo lo ha prometido, y no será para nada un mensaje velado. Será la realidad que viviremos.

Sus pensamientos no son nuestros pensamientos, pero cuando vemos claramente al Dios Todopoderoso expresándose desde el amor que ÉL ES hacia nosotros, lo único que nos queda es postrarnos y adorar.

• Es desde ahí que se entenderán Sus palabras, al partir de la consideración de que Él es Dios y nosotros polvo, que lo que Él dice es verdad, porque Él es LA VERDAD misma.
• Solo Sus caminos serán la verdad para nosotros, porque Él es EL ÚNICO CAMINO.
• Comprenderemos que en ningún lugar fuera de Él podemos encontrar una vida plena, porque solo Él es la VIDA con mayúsculas.

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