El Lenguaje "Incomprensible" De DiosMuestra
Mis pensamientos no son vuestros pensamientos
Una de las razones por las que resulta difícil seguir a Jesús es porque no le entendemos. Muchas de Sus frases, que representan el funcionamiento de ese Reino de Dios que se acercaba a través Suyo, que Él venía a anunciar para salvación del ser humano, pero que aún no se veía sino por fe, nos resultan incomprensibles por enigmáticas y aparentemente contradictorias, pero...
- ¿ Hay realmente tal contradicción?
- ¿Será que falta coherencia interna, o es que realmente somos nosotros quienes no le entendemos, aunque Su mensaje esté perfectamente claro?
Hay una (malísima y arraigada) costumbre que las personas tenemos: se manifiesta cuando decimos “No te explicas” o “Lo que dices no tiene sentido”, en vez de ser capaces de reconocer que, más bien, la realidad respondería a un “No te entiendo” o “No soy capaz de captar el significado de tus palabras”.
Así nos pasa respecto a Dios y Su mensaje encarnado, Cristo Jesús. Se le sigue viendo como un loco, un tirano, un incoherente o un tonto, simplemente porque no le entendemos, pero no nos reconocemos responsables, sino que culpamos a otro.
Nada hay de casual en que nos expresemos así: es lo que alberga nuestro corazón. De su abundancia habla nuestra boca y cada palabra nos delata. Como delataban al Salvador las Suyas, solo que en sentidos distintos:
- Él mostraba alineación absoluta con el Padre, Su voluntad, y el cumplimiento del propósito y misión que había venido a acometer. Su perspectiva era espiritual, y cuando se le intentaba –e intenta– interpretar desde una visión puramente humana, pareciera hablar en clave o no tener sentido, pero no es así.
- Cuando no hay aparente coherencia –según nosotros, claro– es que no estamos sintonizados con Su discurso y contenidos. Interpretamos Sus palabras desde la perspectiva incorrecta, porque nuestros pensamientos no son Sus pensamientos ni, por extensión, nuestras palabras Sus palabras. No ve lo que vemos nosotros, sino que nos trasciende y supera. Necesitamos Su Espíritu para comprenderle, y eso no se produce desde la razón sin fe, sino desde una fe razonada.
Nuestra recriminación sobre Su lenguaje solo manifiesta lo que hay aún en nosotros:
- Sificultades serias para entender (que no aceptamos),
- atribución de responsabilidad a quien no la tiene (“No te explicas” en vez de “No comprendo”).
- Profunda desalineación con Su visión del mundo, que no es la nuestra.
Necesitamos transformación profunda. Requerimos una nueva perspectiva: la Suya, que viene de arriba.
Escrituras
Acerca de este Plan
El lenguaje de las Escrituras nos resulta muchas veces difícil y misterioso, incluso a los propios cristianos. En medio de todas de esas “palabras incomprensibles”, sin embargo, se encuentran grandes verdades que el seguidor de Jesús necesita comprender para poder andar como Él anduvo. ¿Cómo haremos para entenderlas?¿Las exploramos juntos en este plan de 7 días?
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.lidiamartin.com/