El Lenguaje "Incomprensible" De DiosMuestra
Como muestra, un botón
Jesús era un incomprendido, incluso por parte de aquellos que le acompañaban más de cerca. No era algo que sucediera solo con los discípulos. Su propia familia tenía serias complicaciones para entender lo que sucedía alrededor del Maestro, Sus decisiones o el manejo de Sus tiempos y prioridades, y esa relación no cambió hasta suceder la resurrección. Como vemos con Santiago (1:1), por ejemplo, que pasa de ser hermano a ser además, como él se autodenomina, “siervo”. Transformación para verse correctamente al ver adecuadamente al Señor primero.
Son varios los momentos en que puede parecernos estar ante un Jesús “antipático” por la manera en la que se dirige a algunas personas, entre ellos Su familia y especialmente Su madre. Ella, sin embargo muestra, como ya sucedió al recibir el anuncio del ángel sobre que sería la madre del Hijo de Dios, una madurez increíble, verdadera actitud de humildad y confianza frente a la realidad de Quién tiene adelante. María sabe qué terreno pisa, aunque no tenga todas las respuestas en ese momento. Su fe no está en lo que ve, sino en Dios hecho carne, y su comprensión puramente humana y literal al respecto de lo que diga Jesús es lo de menos. Ella confía, simplemente, y atesora las palabras en el corazón, como hizo cuando Jesús le respondió tras haberse “perdido” en el templo.
Su respuesta ante esa contestación aparentemente incomprensible y áspera de su hijo en las bodas de Caná (que tanto juicio ha traído sobre Jesús), manifiesta a quienes estaban allí lo que debería ser también nuestra actitud frente a lo que no entendemos de Él: “esperemos y veremos”. Dicho de otra forma: “Lo que Él diga o haga, estará bien, y nosotros acataremos”.
Esta, sin embargo, no suele ser nuestra actitud. Solemos cuestionar Sus palabras:
- Desde nuestra comprensión por lo que creemos políticamente correcto o válido.
- Desde prejuicios.
- Y, principalmente, desde algo mucho más profundo: el deseo (o no) de darle crédito a Aquel que manifiesta ser Dios mismo, porque ese reconocimiento tiene serias implicaciones. Significaría tener que dar una respuesta coherente. Debería llevarnos a seguirle, y eso son palabras mayores.
Si somos honestos, reconoceremos que detrás de muchos de nuestros “no lo entiendo” hay un disfrazado “no quiero entenderte”. Sucede incluso cuando ya hemos decidido ser seguidores de Jesús, porque Su camino lo cuesta todo. Requiere negarnos, tomar nuestra cruz, y seguirle. En definitiva, darle crédito.
Acerca de este Plan
El lenguaje de las Escrituras nos resulta muchas veces difícil y misterioso, incluso a los propios cristianos. En medio de todas de esas “palabras incomprensibles”, sin embargo, se encuentran grandes verdades que el seguidor de Jesús necesita comprender para poder andar como Él anduvo. ¿Cómo haremos para entenderlas?¿Las exploramos juntos en este plan de 7 días?
More
Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.lidiamartin.com/