Inmune Al Temor – Semana 5Muestra

Su Padre no dejará que se ahogue

El placer por encima del dolor es nuestra configuración “de serie”, y habitualmente buscamos el camino fácil. Por el contrario, Dios ve nuestras vidas desde el punto de vista de la eternidad, y Su principal propósito no es nuestra comodidad sino que seamos transformados a imagen de Su Hijo. ¿Cuán efectivo sería un ejército cuyos soldados hubieran sido entrenados en resorts de cinco estrellas? ¿Cuán confiable cree que sería un académico si nunca hiciera exámenes? ¿Cuánto tiempo permanecería un boxeador en el ring si su entrenamiento lo formara peleas de almohadas?

Leí acerca de un experimento científico llevado a cabo por un grupo de investigadores que se aislaron del mundo exterior en un ambiente artificial llamado “biosfera”. Dentro de la biosfera, los científicos habían replicado con éxito casi todas las condiciones meteorológicas de la tierra excepto una: el viento. Para su sorpresa, la ausencia de viento fue desastrosa para los árboles, que comenzaron a doblarse y partirse bajo su propio peso. ¡Resulta que el viento fortalece los árboles al crear estrés! Sin esa resistencia, los árboles no desarrollan la suficiente fuerza como para mantenerse derechos, y esta es una ley común para todas las formas de vida.

Hace varios años atrás, cuando nuestros hijos eran aún bebés, mi esposa y yo vivíamos en una casa con piscina que disfrutábamos mucho. Sin embargo, a mí me preocupaba que uno de nuestros hijos se cayera en la piscina cuando ningún adulto estaba al pendiente. Así que, por su seguridad, anoté a mi hijo y a mi hija a clases de natación. Los primeros días fueron un tormento tanto para ellos como para nosotros, porque aprender a nadar es como un bautismo en fuego. Estoy seguro de que mis hijos pensaban que su instructor quería ahogarlos. Ellos lloraban y se resistían, protestaban y rogaban que les dejara en paz. Pero, cuando nos miraban a nosotros, sus padres, nos veían sentados en la distancia y en silencio. Los veíamos luchar, y nuestros corazones se dolían por ver su angustia, pero no podíamos intervenir. Estas dificultades eran por su propio bien y lo permitimos porque les amamos. Aun así, durante todo el tiempo que estuvieron batallando y sufriendo, nuestros ojos de amor estaban puestos sobre ellos. Veíamos cada uno de sus movimientos, y nunca hubiéramos dejado que se ahogaran.

Justo antes de que Moisés murió, cantó una canción sobre Israel y dijo: “[El Señor] le halló [a Israel] en tierra de desierto, y en yermo de horrible soledad; lo trajo alrededor, lo instruyó, lo guardó como a la niña de sus ojos” (Deuteronomio 32:10, AMP, traducción libre).

Moisés, Israel, David e incontables otros (incluido Jesús mismo) pasaron por el desierto cuando siguieron el llamado de Dios. Las dificultades que encontraron y las pruebas que enfrentaron fueron parte del plan de Dios, y fueron usadas para cumplir el propósito de Dios para sus vidas. Estar en la voluntad de Dios no significa que nunca habrá obstáculos o que seremos inmunes a las dificultades; pero, incluso en medio del desierto, Dios abre Sus alas sobre nosotros y nos rodea como un águila vuela sobre Sus pequeños. ¡Dios nos ama! Él nos cuidará como a la niña de Sus ojos y nunca permitirá que nos ahoguemos.