Inmune Al Temor - Semana 4Muestra

No se angustie

Hace falta algo más que habilidades de supervivencia para sobrevivir a una crisis. Por ejemplo, la habilidad de sobrevivir en una jungla requiere algo más que solamente las habilidades para construir un refugio, hacer una fogata, y purificar el agua. Hace falta una psicología concreta, una mentalidad específica, y el deseo de vivir que supera el miedo y el estrés que se asocian con la crisis. De hecho, algunas personas que poseían estas habilidades, aun así murieron cuando se vieron perdidas en la jungla porque les faltaba el deseo de vivir; y otras que no tenían las habilidades pero sí el deseo, encontraron otros métodos para sobrevivir.

Al entrar en una crisis, nuestra tendencia habitualmente consiste en dejar volar nuestra imaginación. “¿Saldré de esta?”. “¿Por qué me está ocurriendo esto?”. “No me siento preparado para esto”. “¿Acaso Dios no se da cuenta de lo que estoy pasando?”. “¿Está Él enojado conmigo?”. “¿Me estará juzgando?”. “¿Acaso Él es real, para empezar?”. Aunque es normal hacerse este tipo de preguntas, obsesionarse con ellas va minando nuestra resolución de creer en Dios. Debido a que estas preguntas tienen que ver con la naturaleza de Dios, la respuesta que les damos debe ser bíblicamente coherente.

Lo cierto es que la perspectiva lo es todo. Si se encuentra en una jungla o un desierto, o si se encuentra en crisis (ya sea física, espiritual o de cualquier índole), no se angustie. Respire profundamente y tome un momento para recordar quién es Dios, quién es usted en Él, y lo que la Biblia dice acerca de su fidelidad en momentos difíciles. El temor solo le hará más susceptible a las mentiras del enemigo. Él mentirá acerca de la fidelidad de Dios y Su amor por usted, e incluso acerca de la existencia de Dios o sobre cuán valioso es usted para Él. Estas mentiras están diseñadas para debilitar su vigor espiritual, pero es ahí cuando el “deseo de vivir” debe sobresalir; el deseo de vivir en el Espíritu cuando esté pasando por el desierto.

Para los hijos de Dios en el desierto, el “deseo de vivir” no se refiere simplemente a tener ganas de vivir. Más bien se refiere a una determinación genuina de creer a Dios. En medio de la sequía espiritual, debe decidir (a veces en contra de todo pronóstico, emociones, e incluso los consejos de amigos) que Dios es real. ¡Él es Bueno! Él es Fiel, y usted saldrá de esta agarrado de Su mano. No permita que el enemigo o las circunstancias definan quién es Dios para usted. No se permita creer cualquier otra cosa que no sea la Palabra de Dios, sino decida como lo hizo David durante un desierto espiritual: “Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto” (Salmos 57:7).

Una de las cosas más importantes que puede llegar a entender es que, incluso cuando parece que todo a su alrededor se está descontrolando, si usted es hijo o hija de Dios, no hay nada que pueda tocar su vida sin la supervisión de Él. Todo lo que ocurre en su vida ha pasado, de alguna manera, el “control parental” de Dios ¡y Él le ama profundamente! Él le está cuidando y no permitirá que nada le separe de Él.

“Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39).

Permita que el amor invencible de Dios eche fuera todo su temor.

“Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:3-5).