Inmune Al Temor - Semana 4Muestra

Firmes sobre la roca

Hoy en día, se nos dice a menudo que debemos mantener una mente abierta acerca de nuestras creencias y cómo interpretamos la Palabra de Dios. Nos dicen que no debemos ser dogmáticos, ¡y algunas personas ni siquiera tienen problema con sacar versículos de contexto o directamente cambiar por completo su significado y su validez! Es común que la gente use la Palabra de Dios solo cuando el público que escucha está de acuerdo o se siente identificado con ella, ¡y eso está mal! Es una visión liberal que se basa en que “nunca podremos estar seguros”, y lo que es aún peor: “si no le gusta, cámbielo”. ¿De qué sirve la Palabra de Dios si se puede alterar? ¿Y qué utilidad tiene la fe en la verdad si la verdad es cambiante?

La Palabra de Dios tiene el objetivo de enseñarnos y reafirmarnos acerca de Dios y nuestro futuro. Si mantenemos la mente abierta en cuanto a ella, descartamos todas las maravillosas promesas de Cristo y nos perdemos todo lo que Él nos garantiza. Los verdaderos cristianos no mantienen la mente abierta porque hacerlo, cuando nos referimos a Dios o a Su Palabra, es simplemente una excusa para el pecado y la incredulidad. ¡Los cristianos aceptan la Palabra de Dios al completo! Aceptamos y recibimos las bendiciones positivas de Cristo. ¡Nuestras mentes están firmes, no abiertas!

¡Algunas personas actúan como si no creer completamente en nada fuese una virtud! Si hablamos de un piloto de aviones, por ejemplo, ¡por supuesto que no es una virtud! ¿Cuántas personas decidirían embarcar en un avión si el piloto decidiera mantener la mente abierta acerca de cómo volar, el destino, y cómo llegar hasta allí? Los pasajeros quieren un piloto muy dogmático, ¡que debe estar seguro de que no acabarán muertos! Mantener la mente abierta acerca de nuestro viaje en la vida es igualmente peligroso. ¿Cuál es nuestro destino? ¡Debemos saberlo!

La Biblia no anima a nadie a ser dogmático, pero su lenguaje siempre ha sido el de una esperanza segura y firme. “Sabemos” es una expresión típica del Antiguo Testamento, y estar seguro de algo no es ser presuntuoso o arrogante. Estar seguro de que el sol saldrá mañana en la mañana no nos hace dogmáticos o pedantes, y esa seguridad es la actitud de los cristianos que simplemente no dudan acerca de Dios y del mañana. Lo que Él ha hecho, lo hará; ¡y seguirá siendo quien siempre ha sido!

El testimonio del apóstol Pablo es el estándar de los cristianos: “yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día” (2 Timoteo 1:12), o el día en el que Cristo venga. ¡Esa seguridad es lo mínimo que podríamos esperar de un Dios digno de ser llamado Dios! Una mente abierta es una mente susceptible a los ataques del enemigo y una puerta abierta a la duda, el temor y la incredulidad. ¡Debemos tener una mente firme! “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).

¡Nuestra creencia en Cristo es como un cimiento sólido! ¡Jesús es una roca firme sobre la cual podemos construir! Él trae paz cuando fijamos nuestra mente en Él ¡y es el ancla de esperanza para las almas que han sido compradas con sangre! ¡Él es la roca eterna para aquellos que lo temen, y aquellos que pongan en Él su confianza no serán movidos! Salmos 18:2 dice: “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”.

Ni Jesús ni Su Palabra tienen nada de insípido. Debemos confiar en el Señor con todo nuestro corazón y sin dudar, “porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:6-8).

¡Podemos escoger tener una mente firme y llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo! (2 Corintios 10:5). Podemos estar seguros en la Palabra de Dios que es inconmovible, ¡porque Dios mismo la respalda!