Inmune Al Temor - Semana 4Muestra
¡YO estoy contigo!
Una de las creencias (más bien falsas creencias) más profundamente arraigadas es que la presencia de Dios es mayor con unas personas que con otras, y nos inventamos todo tipo de razones para apoyar esta idea. Decimos que algunas personas son más santas, o que oran más, o que profetizan más. ¡Como si la presencia de Dios dependiera de nosotros! ¡La promesa de Su presencia con nosotros es incondicional! Permítame decir eso de nuevo. ¡Su presencia con nosotros es incondicional!
Desde el principio, Dios dijo: “No te dejaré, ni te desampararé” (Josué 1:5). Él le hizo esta promesa a Josué, y la misma promesa se repitió 1.300 años más tarde en Hebreos 13:5: “No te desampararé, ni te dejaré”.
Para juzgar si Dios está o no con determinadas personas, nos fijamos en las señales equivocadas. Miramos a este o al otro y juzgamos por lo que hace o no hace. Dios no aumenta o disminuye de unas personas a otras. ¡Alabado sea Jesús! Él no está más con un evangelista que con un pastor, y no está más con un pastor que con un miembro de la iglesia.
Moisés tuvo las experiencias más extraordinarias con Dios que cualquier hombre pudiera tener. Josué no pudo compartir con él esas experiencias en aquel momento, pero fue a Él a quien Dios dijo: “No te dejaré ni te desampararé”. La presencia de Dios que va con nosotros no varía en base a nuestro llamado o a nuestro éxito. Si Dios solo estuviera con nosotros cuando tenemos éxito, ¡nunca tendríamos éxito!
En Mateo 28:20 Jesús dijo: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Cuando Jesús dijo “yo estoy con vosotros todos los días” no estaba dando tan solo una promesa, ¡estaba exponiendo un hecho! ¡Estaba haciendo una declaración que se aplicaba tanto al momento presente como a los días que llegarán! Él está con usted ahora mismo, en este preciso instante, ¡y para siempre! ¡Alégrese! Nunca está solo. ¡Jesús está con usted!
Escrituras
Acerca de este Plan
La Palabra de Dios tiene el objetivo de enseñarnos y reafirmarnos acerca de Dios y nuestro futuro. Si mantenemos la mente abierta en cuanto a ella, descartamos todas las maravillosas promesas de Cristo y nos perdemos todo lo que Él nos garantiza. Los verdaderos cristianos no mantienen la mente abierta porque hacerlo, cuando nos referimos a Dios o a Su Palabra, es simplemente una excusa para el pecado.
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Nos gustaría agradecer a CfaN Christ For All Nations por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.cfanlatino.org/