Sanando lo que está ocultoMuestra
Prisioneros con esperanza
El trauma es subjetivo. Si tú sientes que lo que atravesaste fue traumático, probablemente lo fue. Sin embargo, si sientes que tu experiencia no fue traumática, puedes estar o no estar en lo correcto porque el trauma es engañoso. Se esconde en la oscuridad y nos hace caer cuando menos lo esperamos. Intenta convencernos de que lo que hemos experimentado fue normal y de minimizarlo; mientras, va apilándose haciendo ver que a otro "le fue peor".
Pero en su más simple definición, el trauma es una profunda experiencia o serie de experiencias perturbadoras. Si has sido abusado (mental, física, espiritual o sexualmente), siendo anulado, si perdiste a un ser amado, sobreviviste a un asalto o a un desastre natural, o aun si has vivido en cercanía a alguien que ha experimentado un trauma, tú has experimentado el trauma.
El primer paso para sanar un trauma es reconocer su existencia. Tenemos que aceptar la realidad de que lo que hemos experimentado no fue normal. Cuando simplemente desechamos o excusamos nuestro trauma como una parte regular de la vida, negamos su impacto sobre nosotros. Terminamos buscando medicamentos en vez de llegar a las raíces del problema.
Por todo el mundo, Dios está redimiendo lo que parece irredimible: El que estaba sentado en el trono dijo, "Yo hago nuevas todas las cosas!" (Apocalipsis 21:5). Debes notar que Dios dice que está haciendo todas las cosas nuevas, no que está haciendo nuevas cosas. La reacción innata de Dios ante lo que está quebrado, es la restauración.
Sanar del trauma probablemente no te llevará de vuelta a tu estado anterior al trauma debido a que las cicatrices siempre estarán allí. Pero, las cicatrices te recordarán que tú has vencido. Algún día, ellas serán un poderoso testimonio para otros de lo que Dios ha hecho en tu vida. Hay belleza en esta clase de renovación. Hay riqueza en las cosas que han sido verdaderamente restauradas, más que en las que están enmascaradas cosméticamente. En Zacarías leemos que somos "prisioneros con esperanza" porque Dios promete restaurar lo que hemos perdido.
Dios conoce exactamente qué partes de ti están heridas y lo que se requiere para sanarlas. Él ha restaurado millones de mentes heridas, cuerpos, y almas a través de la historia, y Él está prestando especial atención a tus heridas en este momento. Él está preparándolas para sanar.
¿De qué maneras sientes que tu vida está rota en este momento?
Acerca de este Plan
Con frecuencia nos condenamos a nosotros mismos por el dolor en nuestro pasado o en el presente. Nos sentimos culpables por no superarlo más rápidamente. Asumimos que los demás deben manejar mejor estas situaciones. El caso es que el trauma permanecerá autorizado para lastimarnos mientras nosotros neguemos su existencia. La verdad es que no estás fallando al sanar. Dios es un Dios de restauración. Y este es solo el comienzo.
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