Acercándonos a Dios.Muestra

Le alabamos.

Cuando vamos delante de la presencia de Dios lo mejor que podemos hacer es alabarle, darle honor y gloria porque Él lo merece. Si somos agradecidos por lo que nos da, por lo que hace en nuestra vida, abrimos nuestra boca y de nuestro corazón brota la mejor alabanza.

La realidad es que en la presencia de Dios reconocemos Su magnificencia, quedamos boquiabiertos ante tanto poder y gloria y caemos postrados a Sus pies. La Palabra nos dice que los 24 ancianos se postraban delante del Cordero y le rendían sus coronas, nos dice que Moisés no podía estar delante de la gloria de Dios cuando la gloria llenaba el tabernáculo de reunión, que los sacerdotes no podían entrar en el santuario cuando la gloria de Jehová llenó el templo. Nos relata en varios lugares que es imposible estar delante de Dios sin sentir como Su gloria y majestad nos toca.

La verdad es que cuando se experimenta esto es algo maravilloso que nos transforma. Cuando estamos en la gloria de Dios sentimos paz, sentimos gozo, nuestro corazón reboza de alegría y agradecimiento, nuestros problemas se van y somos llenos de esa fe que mueve montañas. Todo eso lo logramos cuando buscamos verdaderamente a Dios y nos adentramos en Su presencia; siempre recordemos que queda en nosotros esa búsqueda, Dios Padre nos abre las puertas del Reino de los Cielos y nos corresponde a nosotros caminar hacia Él. Recordemos lo que Cristo nos dijo en Juan 14:6:"Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí". Busquemos transitar por el camino de Vida que nos muestra Jesús para poder entrar en la Gloria de Dios.

Oremos:

Padre Bueno, te damos las gracias porque cada día nos hablas y deseas que nos acerquemos delante de ti para darnos sanidad, libertad. Para transformar en nuestra vida todo aquello que nos daña y así tener plenitud de gozo y paz. En el nombre Poderoso y Santo de Jesús te pedimos que nos ayudes a dejar atrás todo temor, que Tu paz reine en nuestro corazón y busquemos Tu rostro cada día para ser transformados a la imagen de Cristo Jesús;, amén.