¿Todos Podemos Adorar?Muestra

Adoración en espíritu

Jesús en Su encuentro con la mujer samaritana habla de la adoración. Dios busca adoradores que lo hagan en espíritu y en verdad. Si yo quiero complacer a Dios, lo debo adorar en espíritu y en verdad. Pero, ¿por qué adorar en espíritu? Vamos a profundizar un poco más en este aspecto.

• Dios es espíritu:

Si Dios fuese emoción tendríamos que adorarlo emocionalmente, si Dios fuera materia lo adoraríamos materialmente. Pero como Dios es Espíritu busca ese tipo de adoradores.

Cuando la Biblia habla de espíritu, muchas veces el término está haciendo referencia a nuestra conciencia, al corazón, al ser más íntimo. Adorar en espíritu es adorar desde el corazón.

La Biblia nos dice que tenemos un cuerpo, un alma y un espíritu. Esencialmente nosotros somos espíritus que utilizamos cuerpos para desarrollar nuestra esencia.

Esto quiere decir que podemos adorarle a Dios en espíritu, desde el corazón. ¿Cómo? Dándole a Dios el primer lugar. Que Él sea lo más significativo, lo más importante.

• Dios no busca religiosos:

La mujer samaritana había discutido con Jesús escondiéndose detrás de la religión.

“¿Acaso eres tú más grande que nuestro Padre Jacob?”. En esta escena estaban frente a un pozo de agua, que era llamado el pozo de Jacob. El mismo Jacob de quien nacerían las 12 tribus de Israel. Hay gente que frente a la pregunta de si creen o no en Dios, inmediatamente dice: “Sí, yo voy a la iglesia” o “yo tengo un Gauchito Gil, tengo un Rosario” o cualquier otro objeto que lo asemejen con la religión o alguna creencia. Muchas otras personas al pasar por una iglesia se siguen persignando. Practican sus tradiciones. El religioso adora a Dios dos horas por semana en el culto el día domingo. Pero la adoración en el espíritu es constante, porque Dios es espíritu y nosotros seres espirituales con cuerpo humano. Dios, Espíritu, no está afectado al tiempo ni al espacio, Él puede estar en todo lugar a la misma vez. No solo está conmigo 24hs, también está con cada uno en todo lugar.

• Cuando adoramos a Dios en el espíritu lo sentamos en el trono:

Juan, en Apocalipsis, cuando ve la adoración, el Padre estaba sentado en el trono. La adoración hace que Dios reciba el lugar que Él ya tiene. Él ya tiene ese lugar en el Universo. Él ya tiene ese lugar en la Creación. Al adorarlo nos ponemos en sintonía con la verdadera realidad espiritual: ÉL ES DIOS. Cada vez que le adoramos Dios se sienta en el trono y empieza a gobernar sobre nuestra vida, a ordenar, a proclamar y decretar sobre ella, tal y como lo hace un rey. Cuando adoramos prevalece Jesús sobre todo en nuestras vidas. Todo poder, toda fuerza, Su luz llega y la oscuridad retrocede. Ocurren milagros, somos transformados cuando entronizamos a Dios como Rey y Aeñor de nuestras vidas.

El Espíritu no está limitado al tiempo y al espacio. Y qué satisfactorio es para nuestras vidas saber que Dios Espíritu está con nosotros cuando nos levantamos y cuando nos acostamos. Cuando viajamos en el colectivo o estamos parados en un semáforo. Durante las horas en las que estamos en el trabajo o cuando estamos en una clase de nuestros estudios. Dios siempre está con nosotros y a la vez nosotros podemos adorarle en espíritu donde sea que nos encontremos.