¿Todos Podemos Adorar?Muestra

¿Cómo podemos adorar?

A veces pensamos que adorar a Dios es apartarnos en un monasterio, vivir en una “burbuja espiritual” y no involucrarnos con el mundo exterior para no contaminarnos. De hecho existen congregaciones que llegan a convertirse en sectas por vivir solo para adentro, encerradas en un templo y ya no tienen contacto con las personas. Pero ya hemos aprendido que la adoración no es representada por estas acciones sino que es un estilo de vida. Déjame contarte un testimonio:

Hace un tiempo atrás comencé a buscar en mi barrio un mecánico porque tenía que solucionar un problema que venía teniendo mi auto. Me dijeron que había unos pasando una conocida avenida que está cerca y podían atenderme. Siguiendo la pista, seguí buscando y preguntando:

- ¿Y qué tal son?

- ¡Son excelentes! - Me respondieron.- Si ellos te dicen que te cambian una bujía, te la cambian, si es el filtro de aceite, te cambian el filtro de aceite.

- Y usted, ¿Cómo lo sabe? - Insistí.-

- Es que ellos son creyentes, son algo así como evangélicos. Cuando ellos te dicen que algo hacen, verdaderamente lo hacen. - Afirmó.-

Esto me impactó. Al llegar al local, le conté a estos jóvenes mi experiencia: cómo en el barrio los recomendaban porque ellos eran personas que hacían verdad de su trabajo, y daban un buen testimonio con eso. Estos mecánicos eran personas que adoraban a Dios con la actividad que estaban desarrollando, aún en sus tiempos fuera de la iglesia, sin necesidad de levantar manos o cantar alabanzas. Adoraban con su trabajo. Adoraban con sus vidas.

El Señor nos ha dicho: “Ir por todo el mundo y predicar el Evangelio”, allí en el taller mecánico, en un consultorio, en un hospital, en la escuela, en esos lugares que frecuentamos diariamente es dónde debemos dar testimonio. Nuestra vida entera debe ser una adoración a nuestro Dios y de eso se trata adorar a Dios en espíritu y en verdad. No hay nada místico en esto, sino entender y ser conscientes que a través de cada acto que hacemos no lo hacemos para nosotros, sino para Dios. La adoración es una de las experiencias más profundas que el ser humano pueda experimentar en la vida. Lo maravilloso y profundo que sucede cuando adoramos a Dios es que le tocamos a Él. Y cuando tocamos a Dios sucede algo maravilloso, Dios nos toca a nosotros.

¡Bendito seas Dios por este privilegio!