¿Creyente Yo? ¡Por Supuesto!Muestra

LA FORMA EN LA QUE VIVO

No es lo mismo ser creyente que ser discípulo

Te conviertes en un discípulo de Cristo cuando comprendes cabalmente Sus propósitos, te identificas con Jesús en el bautismo y obedeces todo lo que Él te ha mandado.

¿Mi vida da evidencia que soy un discípulo de Dios?
Las personas creerán lo que creemos si vivimos lo que decimos creer.

El verdadero discipulado no se trata de recitar de memoria la biblia.
No se trata solamente de asistir a la iglesia.
No se trata solamente de servir y ser generoso.
No se trata de eventos evangelisticos.

El verdadero discipulado se trata de cómo vivimos cada día nuestra vida. La naturaleza del cristianismo es que es transformativo. Esto quiere decir, que ser un discípulo de Jesús transforma nuestras vidas.

Seguir a Jesús hace tu vida mejor y te hace mejor para la vida.

No puedes ser un discípulo si no lo das todo. No puedes hacer un impacto si no decides ser realmente un discípulo.

INTEGRIDAD

Quizás no es justo, pero cuando fallas personalmente daña a los que están a tu lado. Es por ello que como discípulos somos llamados a vivir nuestra vida en integridad.

INTEGRIDAD: Hacer lo que deberías incluso cuando te cueste.

La vida de Daniel es un gran ejemplo de una vida vivida bajo los principios de Dios. Cada decisión que tomó en su vida estaba filtrada bajo esos principios.

Daniel tenía principios de vida y valores no negociables que lo llevaron a ser el hombre que fue. Daniel sirvió a cuatro reyes de dos imperios conquistadores distintos. Sirvió a Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Ciro.

Daniel 1:8
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse.”

Quizás Daniel tenía entre unos 15 y 17 años cuando toma esta decisión.

Daniel no solo decidió, decidió por adelantado.

De hecho, la razón por la que sabemos y conocemos su historia es por la decisión que tomó.

Para Daniel esto era un tema de conciencia. Y Daniel no quería violar su conciencia. A su corta edad, ya vivía su vida bajo princios y valores no negociables.

¿Quién determina los resultados?
Daniel aprendió que su Dios determinaba los resultados. Él sabía que Dios era fiel si vivía de acuerdo a sus principios y no negociaba sus valores.

La preocupación principal de Daniel no era el resultado final de la historia, sino hubiera tomado una decisión diferente. Su preocupación fue hacer lo correcto.

Haz lo que debas hacer aunque te cueste. Y cuando lo hagas alégrate.

La integridad es lo que separa a los discípulos de los que sólo creen.

Ganamos en el momento que le decimos sí a nuestro Padre, quien controla el resultado final.

Para tomar las decisiones que tomas cada día, ¿estás confiando en que Dios controla el resultado final?

Porque si no es así, será muy difícil que podamos vivir una vida en integridad.

Las personas creerán lo que creemos si vivimos lo que decimos creer, y eso solo lo pueden hacer los discípulos de Cristo.