¿Creyente Yo? ¡Por Supuesto!Muestra
NO SOLO ES CREER
El creyente es una persona que dice profesar la fe y se entusiasma con sus verdades, pero para dar evidencia de un mayor cambio en nuestra forma de vivir se necesita más que creer, se necesita ser un discípulo de Cristo.
Aunque decimos ser creyentes, muchas veces vivimos nuestra vida como si no creyéramos lo que decimos creer.
Jesús fue el hombre más popular de su tiempo. Enormes multitudes lo seguían. Todos eran bienvenidos a venir a El. Sin embargo, Jesús no se mostró deseoso de mover multitudes, sino de formar discípulos.
Es importante que entendamos que Jesús no solo nos llama a creer en Él, sino que nos invita a descubrir cómo podemos avanzar de ser creyentes a ser discípulos; es decir, de estar entre la periferia de una multitud a asumir un compromiso real con Él.
¿Es lo mismo ser creyente que ser discípulo?
TODO DISCÍPULO ES UN CREYENTE, PERO NO TODO CREYENTE ES UN DISCÍPULO
Te conviertes en un discípulo de Cristo cuando comprendes cabalmente sus propósitos, te identificas con Jesús en el bautismo y obedeces todo lo que Él te ha mandado.
Durante su ministerio en la tierra Jesús tuvo muchos admiradores, éstas eran personas que aplaudían a Jesús, les gustaba cómo predicaba, iban a escuchar sus enseñanzas y aún llegaban a pasar algún que otro día con Él.
Sin embargo, Jesús nunca los llamó discípulos, sólo eran admiradores.
Si sólo eres un admirador de Cristo no vivirás nunca en su plenitud. Fuiste llamado a ser su discípulo.
Muchas de estas personas que se acercaron a Cristo tenían intenciones de seguirlo y ser sus discípulos, pero después no estuvieron dispuestos a pagar el precio de serlo realmente.
EL COSTO
Dios nunca ha demandado que una persona sea perfecta para seguir a Jesús. ¡Solo pide la disposición y el compromiso de obedecerle!
“Con mucha frecuencia, la Iglesia hoy ha ofrecido un buen mensaje de salvación dejando aparte la importancia del señorío de cristo, y esto es peligroso”
Mateo 4:18-19
Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores. «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres».
Jesús invitó a esos hombres a dejar atrás sus profesiones, sus posesiones, sus sueños, sus ambiciones, su familia, sus amigos y su seguridad.
Les pidió que abandonaran todo.
Mateo 16:24
Luego dijo Jesús a sus discípulos:
―Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.
En un mundo donde todo gira en torno a uno mismo —protegerse a uno mismo, promoverse a uno mismo, preservarse a uno mismo, entretenerse a uno mismo, consolarse a uno mismo, cuidarse a uno mismo—, Jesús dijo: «Mueran a sí mismos». Esa es la invitación al verdadero discipulado, se trata de vivir bajo el Señorío de Cristo, por y para Él. Es rendir cada área de nuestras vidas y decisiones.
Ese grupo de pescadores pagó un precio alto por seguir a Jesús. No obstante, creyeron que valía la pena. En Jesús, esos hombres hallaron a alguien por quien valía la pena perderlo todo. En Cristo, encontraron un amor que sobrepasaba todo entendimiento, una satisfacción que superaba las circunstancias y un propósito que trascendía cualquier otra meta en este mundo.
Perdieron sus vidas con gusto, con entusiasmo y con alegría para conocer, seguir y proclamar a Jesús.
Escrituras
Acerca de este Plan
Aunque decimos ser creyentes, muchas veces vivimos nuestra vida como si no creyéramos lo que decimos creer. En este plan devocional seremos desafiados a ser verdaderos discípulos de Jesús. Que nuestras vidas realmente muestren aquello que creemos.
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Nos gustaría agradecer a Centro cristiano esperanza de valencia por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/ccevalencia