Selah: Pausa y reflexión en tiempos de espera Muestra
Día 4.- Ten fe.
En el camino de la vida podemos encontrar muchos contratiempos. Me viene a la mente algo que viví hace poco: al comenzar la pandemia dejé de estudiar un año, luego regresé a la carrera. Pero, durante ese año de espera hubo muchos pensamientos que atacaron mi fe: “Ya no vas a regresar", “te vas a quedar sin estudiar”, “ya no vas a estar a la altura”, “tus antiguos compañeros se van a graduar antes que tú”, “eres débil”. Mi temor era grande, pero mi fe fue más grande. Sabía que Dios quería verme regresar a la escuela. Así que, mantuve firme mi fe y cuando un pensamiento de temor atacaba, me defendía con el escudo de la fe. No puedo decir que ese año de espera fue fácil, pero vivir con fe hizo que se hiciera menos pesado.
La falta de fe hace tu proceso más largo, un ejemplo lo podemos ver en Lucas 1:20 donde un ángel del Señor visita a Zacarías para anunciarle que tendrá un hijo (a pesar de su avanzada edad). Zacarías mostró incredulidad y el ángel del Señor lo dejó mudo hasta que Juan (su hijo) naciera. Zacarías y Elisabet esperaron lo mismo para que Juan naciera, sin embargo, para Zacarías la espera debió sentirse más larga porque cargaba con el peso de estar mudo.
Las adversidades y temores nos tientan a vivir con incredulidad, pero es ahí donde debemos preguntarnos: ¿Dónde está mi confianza?
Conocemos nuestros temores, pero también conocemos a Aquel que nos libra de los temores (Salmos 34:4). Dios tiene un plan que sucede dentro del plan, hay una canción de Leeland que dice “Aunque no pueda ver estas obrando”. Los tiempos de espera son la pieza de un rompecabezas que solo Dios puede ver completo, debemos tener fe en que Dios siempre está trabajando en completar la obra en nosotros (Filipenses 1:6). La fe no se trata de entender, se trata de confiar.
Muchas veces tenemos fe en el mundo: creemos en el cómo, pero no en el quién. Una fe por el mundo es frágil, no podemos confiar en las cosas, pero sí en Dios. Dios no piensa como nosotros, Él tiene un panorama completo del tiempo, sabe todo lo qué va a pasar, así que también sabe lo que nos conviene y lo que es mejor para nosotros. No confíes en “cómo tu vida estará resuelta”, confía en quién puede cuidar de tu vida.
Dios tiene un propósito para tu vida, el camino para llegar a ese propósito puede ser alterado, pero el propósito prevalece (Salmos 33:11). El camino para llegar a ese propósito puede lucir aterrador, pero recuerda que Dios no va a poner algo en nuestra vida que no podamos superar. Recuerda que Él provee todos los recursos necesarios (de fe, económicos, físicos) para cruzar desiertos, tal como lo hizo con el pueblo de Israel cuando vagaba por el desierto (Deuteronomio 29:5).
Acompáñame a orar:
Dios, gracias porque es en Ti que encuentro provisión para cruzar mis tiempos de espera. Gracias porque puedo caminar confiado en que tienes el control de todo, permite que pueda cruzar mis tiempos de espera con fe. En Tus manos pongo mi temor, solo Tú eres mi confianza. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Cuando estamos en medio de un tiempo de espera es común que nuestros ánimos decaigan. Es por eso que en este devocional, nos haremos un espacio para pausar y reflexionar todo lo que Dios está haciendo en medio de la espera y de esta manera renovar nuestra fe para lo que viene.
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Nos gustaría agradecer a Jasiel Trevilla Sáenz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://instagram.com/jasielsaenz?igshid=YmMyMTA2M2Y=