Selah: Pausa y reflexión en tiempos de espera Muestra

Día 2.- Reflexiona

Muchas veces nos encontramos atascados en un estado de incertidumbre en donde no sabemos qué hacer. Nos encontramos esperando algo, pero no entendemos bien qué estamos esperando, por eso es importante tomarnos un tiempo para plantearnos algunas preguntas e intentar responderlas.

¿Qué estoy esperando?

Muchas veces nos frustramos porque las cosas no salen como lo esperamos, siempre queremos tener el control de todo y ese es un problema, al pedir algo en oración esperamos que suceda bajo nuestros términos y es por eso que parece que Dios no está respondiendo nuestra oración. Muchas veces para dejar de esperar tenemos que rendir nuestros “métodos” y someternos a los de Dios. Por más que hagamos planes, será Su voluntad lo que prevalezca al final (Proverbios 16:9). Quizá lo que estas esperando ya está sucediendo, pero no de la manera que esperabas. Recuerda que Dios te da lo que necesitas, no lo que quieres.

¿Por qué estoy esperando?

Constantemente pido a Dios que me provea amistades con las que pueda compartir mi fe Dios me ha dado los medios para cumplir esta oración (hay grupos pequeños en mi iglesia local y un espacio dedicado especialmente para jóvenes), pero yo no he hecho nada para alcanzar este propósito. Es ahí donde me pregunto, ¿por qué estoy esperando? Dios me ha dado los medios, por lo tanto, no estoy esperando que Dios haga algo porque ya lo hizo. Muchas veces, las bendiciones vienen en forma de instrucción. Por tanto, no estamos atascados en un tiempo de espera porque Dios no hace algo, sino porque nosotros no damos el paso. Reflexiona; ¿Por qué estas esperando? ¿Es Dios el que tiene que hacer algo o eres tú el que tiene que dar el paso? Recuerda que Dios te da lo que necesitas cuando lo necesitas.

¿Lo que espero viene de Dios?

¿Alguna vez te has tomado el tiempo para preguntarle a Dios si tus deseos se acoplan a Su voluntad? Me explico, quizá no estás viendo algo pasar en tu vida porque Dios no quiere ese algo en tu vida. Dios lo sabe todo, sabe lo que es mejor para nosotros, lo que nos conviene y lo que no, es por eso deberíamos tomarnos un tiempo para hablar con Dios y preguntarle si nuestros deseos son los deseos correctos. No es que Dios te esté privando de algo, pero quizá aun no es el tiempo o no es la forma. Dios tiene un plan para nosotros y podemos descansar confiando en que Él quiere darnos un futuro y una esperanza (Jeremías 29:11). Recuerda que Dios es lo único que necesitas.

Acompáñame a orar:

Dios, gracias porque puedo descansar sabiendo que quieres lo mejor para mí. Gracias porque eres Tú el que determina mis pasos, te pido que me des sabiduría para discernir entre lo que viene de Ti y lo que no. Dame claridad para visualizar por qué estoy esperando. Te rindo mis métodos y pongo en Tus manos mis deseos. En el nombre de Jesús, amén.