Necesito una reformaEjemplo

Malos hábitos

Cuando hablamos de hábito, nos referimos a una práctica que hacemos con regularidad, acciones que hacemos de manera consciente o inconsciente como parte de una rutina.

Podemos clasificar los hábitos como buenos cuando traen resultados positivos a nuestra vida y como malos cuando los resultados son negativos. Quiero hablar sobre cómo reformar los malos hábitos porque, en muchas ocasiones, el simple hecho de decidir hacerlo no basta para modificarlos.

Uno de los primeros pasos para identificar hábitos malos o negativos es “reconocerlos”. Hazte estas preguntas: ¿Esta conducta me ayuda a convertirme en la persona que quiero llegar a ser? ¿Este hábito es un punto a favor o en contra de mi identidad deseada?

Al momento de reconocer tu mal hábito, dilo en voz alta; esto servirá para ser consciente de lo que estás haciendo. Pablo le decía a Dios en 2 Corintios 12 que él era débil, que en ocasiones quería enaltecerse de gran manera por cosas que no había hecho y reconocía lo débil que era en su cuerpo. Para que Dios pueda actuar, debes decirlo. Dios le contesta y le dice: “bástate de mi gracia”.

El segundo paso es rodearte de personas y crear ambientes donde el mal hábito no pueda entrar. Recuerda que las personas a tu alrededor te influyen negativa o positivamente, “el que anda con sabios, sabio se vuelve”.

Un tercer consejo en todo cambio que realizas incluye a Dios. No lo hagas solo, el Espíritu Santo es nuestro ayudador y consolador. Él estará contigo corrigiendo tus pasos; nos ayudará a ser más como Jesús.