El perdón lo cambiaMuestra

Jesús se reconcilia con los verdaderos pecadores

Hay una gran diferencia entre el perdón y la reconciliación. El perdón es cuando usted toma la decisión diaria de no vengarse de la persona que pecó contra usted. Usted se niega a lastimarlo porque él primero lo lastimó a usted. Pero la reconciliación va un paso más allá. Esta restaura, rejunta y reúne a personas separadas. Si usted es como yo, sabe que el perdón es difícil, ¡pero que la reconciliación es aún más difícil!

Esa es una razón más por la que yo adoro a Jesús. Después de que su amigo Pedro pecó contra él, negando saber quién era Jesús (Lucas 22:60), nuestro Señor se aseguró de reconectarse con Pedro después de la resurrección. “¡Sígueme!”, lo invitó Jesús, tal como lo había hecho tres años antes, mucho antes del épico fracaso de Pedro (Juan 21:19). Hubiera sido pura gracia que Jesús perdonara a Pedro y luego terminara su amistad. Pero fue gracia además de gracia (¡además de la gracia!) que Jesús acogiera a Pedro de nuevo en la mesa y lo llamara “seguidor y amigo”.

¿No es maravilloso?" Cuando usted peca, incluso de manera vergonzosa, Jesús hace más que solo perdonarlo. Él se niega a dejarlo vagar por la vida solo, perdonado pero lejos de él. Por el contrario, Jesús se reconcilia con usted, lo acerca y le asegura que usted sigue siendo su seguidor y amigo. Si bien la verdadera reconciliación puede ser rara en nuestro mundo quebrantado, Esa es la promesa que el evangelio le hace. ¡Créalo y disfrute de esa promesa hoy!