Sanando Las Heridas Del CorazónMuestra
Puede que tú estés leyendo este plan de lectura y pienses, ¿cuáles heridas? Te entiendo, yo también he estado ahí. Y, el detalle con las heridas del corazón es que a veces queremos negarlas o ignorar que están ahí. El problema es que son similares a las heridas físicas, si no les das el cuidado adecuado empeoran hasta infectarse. Este fue el estado de mi corazón durante mucho tiempo, esta es mi historia.
Una relación sentimental dejó una gran marca en mí, fueron tantos sentimientos en una sola situación: la emoción de ser correspondido se vio apagada al no obtener lo que anhelaba; la felicidad de un nuevo comienzo se volvió amargura al ser rechazado por el padre de la chica. Todas estas experiencias me habían dejado profundamente herido y destrozado, con el corazón desgastado de perseguir relaciones, me sentía frustrado y con poca dignidad.
Quería tener la capacidad de dejar ese dolor y seguir adelante, y fue en ese momento en el que recibí el consejo de un amigo muy cercano que me ayudó a tener otra perspectiva de mi situación y me invitó de iniciar el proceso de sanidad. La parte más dura fue iniciarlo ¿cómo sanar una herida si no quiero tocarla? Pero entonces, ¿cómo un enfermero o médico va a curarte si no manipula la herida? En ese espacio seguro donde había más personas como yo. Viviendo diferentes escalas de dolor empecé a exponer lo que sentía y poco a poco fue como si liberara el peso de una mochila cargada de piedras. Después dentro de ese proceso debía enfrentar la etapa de duelo, es doloroso, pero atravesarlo nos da posibilidad de recibir paz. Así que empecé a vivir mi duelo, en silencio, cerca de Dios.
Es parte de la vida enfrentar pérdidas y dolor, pero enfrentarlas es para valientes. Además, es verdad que el Señor siempre está cerca para ayudarnos, lee y medita Salmos 34:18 (DHH).
Dios es muy bueno y siempre está allí para nosotros, aunque no lo veamos, a través del dolor somos moldeados de acuerdo con lo que Dios espera de nosotros y a lo largo del camino podremos ser el apoyo de alguien que atraviesa la misma situación.
Por último, quiero contarte algunas cosas importantes que aprendí y me gustaría que las consideres:
1.Dios no ignora mis heridas ni mi dolor, tampoco el tuyo. Él es solidario y nos acompaña en el sufrimiento.
2.El dolor es inevitable pero que el sufrimiento depende de mí, es decir, yo puedo alargar mi sufrimiento o acortarlo. Cada dolor tiene una solución.
3.Si quiero avanzar, debo perdonar a quienes me hirieron.
¡Ánimo, de la mano del Señor podemos sanar y tener fortaleza para enfrentar el futuro!
Escrituras
Acerca de este Plan
El plan de lectura "Sanando las heridas del corazón" es el resultado de nuestro proceso de sanidad, cuatro jóvenes compartiremos contigo experiencias que marcaron nuestra vida; la forma en que nos afectó, pero también la forma en que el Señor vendó y curó nuestras heridas y nos fortaleció para enfrentar el futuro.
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Nos gustaría agradecer a LINK por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linkgt.org/