¿Todos Podemos Profetizar?Muestra

Aplicando la profecía a la vida diaria.

Cuando nos animamos a salir del bote empezamos a caminar sobre las aguas y experimentamos la gloria de Dios. Te habrás dado cuenta que Dios nos está llamando en estos últimos tiempos a salir del bote y caminar sobre las aguas con pasos de fe. Por eso es tan importante que como hijos de Dios podamos aplicar el mover profético a nuestra vida diaria. No es necesario esperar a la reunión del fin de semana o a estar en un ambiente poderoso para fluir.

Simplemente se trata de preguntarle a Dios qué quiere decirnos y accionar en base a eso. Quizás Él te dé una palabra para un compañero de estudio, o te revele una situación de un compañero de trabajo. Esto solo significa una cosa: Dios está buscando a las personas para traer redención sobre ellas y te necesita para cumplir Su propósito.

Ya vimos cómo opera la voz de Dios y qué consejos prácticos podemos implementar para crecer en lo profético. No hay excusas, Cristo viene pronto y quiere hacernos parte de Su regreso saliendo a buscar corazones rotos, vacíos y desamparados para restaurarlos y llenarlos con Su luz.

Romanos 8:19: “Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios".

Esta semana al orar, pídele a Dios que traiga a alguien a tu mente. Comienza a orar por esa persona y pídele al Espíritu Santo que te muestre lo que Él ama de ellos. Desde ese lugar de amor, pide a Dios una palabra para esa persona. Prestá atención a todo lo que veas, escuches, sientas, o percibas en este momento. Hazle preguntas a Dios. Toma nota de todo lo que escuches y escucha lo que Dios quiere que le compartas a esa persona para darle ánimo, fortaleza y acercarla a Su Padre que tanto la está esperando.

Entonces anda y dile que estuviste orando por ella, dale Su palabra profética y ¡bendícela! Necesitamos tomar la responsabilidad de ser portadores de la voz de Dios en esta tierra a través de la profecía. Por eso te invito a realizar esta oración: “Espíritu Santo, ven a mi vida. Dios, quiero aprender a escuchar Tu voz. Jesús, voy a ser el medio para glorificar Tu nombre. Aquí estoy, úsame. Amén”.

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