¿Todos Podemos Profetizar?Muestra

Libre acceso a la profecía.

La palabra profética está disponible para todos. La profecía es un regalo. No se pueden ganar los regalos, ya que son dados gratuitamente. Y los dones son regalos que son dados por un Padre bondadoso y generoso que quiere lo mejor para Sus hijos.

1 Corintios 12.31: “Procurad, pues, los dones mejores".

La Biblia nos dice que anhelemos ansiosamente los dones espirituales. Dentro de estos dones está el don de la profecía. Debemos pedir a Dios hambre de recibirlo y crecer en este don.

No es solo para los profetas.

No todos tienen el llamado de ser profeta, pero el don de profecía es un don del Espíritu Santo disponible para todos. ¿Entonces significa que puedo ser usado por Dios en lo profético? La respuesta es: ¡Claro que sí! Todos podemos profetizar, independientemente del llamado que tengamos o del ministerio al que fuimos llamados a servir. Por ejemplo, cada vez que compartes el Evangelio a alguien que no conoce a Jesús, le llevas luz a su corazón. Llevar luz es profetizar. Tus palabras nuevas de luz son una profecía al mundo que vive en oscuridad.

En mi caja de herramientas tengo alicate, cinta adhesiva, medidor de tensión. Las puedo usar sin ser técnico electricista pero a la vez son las herramientas de un especialista en el rubro. Todo electricista debe sí o sí usar esas herramientas. ¿Te das cuenta entonces la diferencia? Todo profeta usa la herramienta de la profecía pero también todo cristiano puede usar la herramienta de la profecía sin ser profeta.

Por otro lado, en la Palabra de Dios, se nos exhorta a ser cuidadosos y como todo don, saber administrarlo correctamente.

Apocalipsis 19:10: “Me postré a sus pies para adorarlo. Pero él me dijo: ¡No, cuidado! soy un siervo como tú y como tus hermanos que se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¡Adora sólo a Dios! El testimonio de Jesús es el espíritu que inspira la profecía”.

Un profeta no es más que nadie, no es mayor que ningún otro cristiano a los ojos de Dios. Debemos tener siempre en claro que somos colaboradores de nuestro Padre y que cuando profetizamos, la gloria debe ser siempre para Jesús.