El Béisbol y la Biblia: Edición de la Serie MundialMuestra

Freese Encuentra Calma Bajo Presión en Salmo Icónico

Sexto juego (Octubre 28, 2011): Cardenales de San. Louis 10, Rangers de Texas 9 (11 entradas)

Considerado uno de los más grandes juegos de la Serie Mundial de todos los tiempos, la batalla épica de 11 entradas entre San Louis y Texas fue una montaña rusa emocional que incluyó casi todo lo que hayan esperado ver que pasaría en un campo de baseball. Con 12 bases por bola y 5 errores, no fue el mejor juego jamás jugado, pero la abundancia de momentos dramáticos y un final increíble elevó el juego de ir y venir a estatus de élite.

Abajo, 3 a 2 en la serie, los Cardenales necesitaban una victoria local en el Estadio Busch para forzar un decisivo séptimo juego. No se veía bien llegando al final de la novena entrada. St Louis ganaba 7 a 5 a un strike final con dos corredores en base y en la tercera base David Freese al bateo. 

Freese ha dicho que se mantiene calmado al recordar su pasaje favorito de la Biblia – un capítulo icónico de uno de los libros más citados del Antiguo Testamento:

“El Señor es mi pastor, nada me falta;
    en verdes pastos me hace descansar.
Junto a tranquilas aguas me conduce;
    me infunde nuevas fuerzas.
Me guía por sendas de justicia
    por amor a su nombre.
Aun si voy por valles tenebrosos,
    no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
    tu vara de pastor me reconforta.
Dispones ante mí un banquete
    en presencia de mis enemigos.
Has ungido con perfume mi cabeza;
    has llenado mi copa a rebosar.
La bondad y el amor me seguirán
    todos los días de mi vida;
y en la casa del
    habitaré para siempre”. (Salmo 23)

Ese momento en la carrera de Freese era ciertamente un tiempo para la calma. Mientras los fanáticos de los Rangers se preparaban para celebrar, envió el siguiente lanzamiento sobre la cabeza de Nelson Cruz y fuera del campo derecho para lograr dos carreras impulsadas triples. Entonces Freese se paró pasmado en la tercera base, tal vez sorprendido de sus propias hazañas. 

El hecho de que aún estuviera en esa posición sirvió como testimonio de una decisión que tomó dos años antes, que cambió su vida. Después de casi perder su sueño de jugar en lasgrandes ligas debido a malas decisiónes personales, Freese se volvió cristiano y encontró ayuda de sus mentores espirituales como el gerente del equipo Mike Matheny y compañero de equipo Matt Holliday.

“Veo eso ahora y me doy cuenta de que fue un gran momento en mi vida”, dijo Freese. “El mundo está loco. No sabes que puede pasar. Les digo que no estaría en esta posición, personal o profesionalmente”. 

Fue cuando el Salmo 23 se volvió su verso favorito – algo que seguido leía cuando tenia un mal día o se acercaba una situación estresante. Tal oportunidad vino después en el sexto juego. 

Es el final de la undécima entrada. St Louis y Texas intercambiaron más bateos en una entrada anterior llevando el marcador 9 a 9. Freese caminó al plato por sexta vez, ahora enfrentando a un relevista de los Rangers, Mark Lowe, sin outs y sin corredores en base. Con un conteo total, Freese tomó una bola rápida por la mitad y la golpeó por encima de la barda central del campo. Los Cardenales sobrevivieron a la eliminación de forma emocionante y continuaron para ganar la Serie Mundial con una victoria de 6 a 2 la siguiente noche. 

Freese entiende completamente que su vida no se define por lo que pasó esa noche en St Louis, pero también acepta la fuerza y la paz que recibió de las palabras del salmista – para los grandes momentos como la Serie Mundial y cualquier otra situación que pudiera enfrentar.