El Béisbol y la Biblia: Edición de la Serie MundialMuestra

Pettitte Se mantiene Firme en un Principio del Nuevo Testamento

Tercer juego (Octubre 31, 2009): Yankees de Nueva York 8, Phillies de Filadelfia 5

Al entrar los Yankees de Nueva York al tercer juego de la Serie Mundial del 2009, se enfrentaron a la nada envidiable tarea de recuperar la ventaja de locales que perdieron en la Gran Manzana. Siendo favoritos para ganar la corona, sorprendentemente empataron los primeros 2 juegos contra su oponente de la Liga Nacional.

Pero cuando el pitcher veterano zurdo Andy Pettitte tomó el montículo, era seguro que algo más pesaba en su mente: redención. 

Dos años antes, Pettitte admitió dos veces haber usado hormonas de crecimiento humano para acelerar la recuperación de la herida de su codo en el año 2001. Aunque el HGH no era una sustancia prohibida en ese tiempo, Pettitte se encontró envuelto en una ola de comentarios negativos de los medios y fanáticos opositores. Incluso antes de que sus acciones fueran publicadas, él rápidamente sabía que necesitaba revertir el curso.

“Aunque no iba contra las reglas del baseball, no me sentía cómodo con lo que hacía, así que paré”, dijo Pettitte en un comunicado publicado en la Associated Press. “No buscaba una ventaja. Buscaba sanar... siento el más grande respeto por el baseball y siempre he tratado de vivir mi vida de una forma que sea honorable”.

Ser llamado tramposo, fue especialmente difícil para alguien que era conocido por ser uno de los atletas cristianos más reconocidos en las Ligas Mayores de Baseball. Una de las escrituras favorita de Pettitte en ese tiempo, de hecho, era una que habló a su deseo de vivir por encima del oprobio y con la mayor integridad, como representante de Jesús:

“El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios; el que presta algún servicio, hágalo como quien tiene el poder de Dios. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”. (1 Pedro 4:11)

Y mientras Pettitte calentaba en Filadelfia, hogar de la base de fanáticos más implacable, no fue una sorpresa para él ni nadie más que los abucheos y cantos comenzaran a resonar en todo el Citizens Bank Park.  Era su primera aparición en la Serie Mundial desde el escándalo del HGH de dos años atrás, pero no era un extraño en el clásico de Otoño. Pettitte había ganando ya 4 campeonatos previos con los Yankees y jugó por los Astros de su pueblo natal en la primer Serie Mundial del club.

Esta vez era diferente. Y Pettitte lo sabía.

Al final de la segunda entrada, los Phillies obtuvieron la ventaja inicial gracias al cuadrangular de Jayson Werth, seguido por una base por bola con casa llena y un Fly de sacrificio. Pettitte se calmó y los Yankees se defendieron con 7 carreras para tomar la delantera 7 a 4. Incluso Pettitte entró en acción con su primera carrera impulsada post-temporada de su carrera.
Los Yankees mantuvieron la delantera y tomaron el tercer juego, 8 a 5 , Pettitte ganó el sexto juego también y extendió su record de más juegos ganados en post-temporada con 18 en camino a su quinto y último anillo de la Serie Mundial. Unos años después, los Yankees retiraron su playera número 46.

Y aunque algunas opiniones controversiales sobre Pettitte quizás nunca cambien, él encuentra consuelo en el hecho de que su error fue perdonado en su mayoria dentro de la comunidad Cristiana y que sus oportunidades de compartir su historia en iglesias y organizaciones en realidad aumentaron después de expresar su arrepentimiento. 

“Es absolutamente asombroso lo que pasa cuando eres congruente en tu andar y eres congruente con la forma que vives tu vida”, Pettitte dijo. “No importa lo que pase en tu vida. Lo he demostrado con lo que pasó con la situación del HGH... literalmente pensé que cuando eso sucedió, había desechado toda mi vida... y que me equivoqué con una mala decisión que tomé. Pero Dios conoce mi corazón. Dios sabe que digo la verdad en todo lo que hablo y pienso que Él me ha honrado totalmente y me bendijo en eso y en como lo manejé”.  

Finalmente, su apego a 1 Pedro 4:11 y su fe proveyeron la fuerza que lo llevó a través de la Serie Mundial entera y lo ayudó a encontrar la redención que anhelaba.