Crónicas de sanidadMuestra

El endemoniado gadareno

Un hombre de Gadara estaba cautivo por legiones de espíritus malignos. Nadie podía contenerlo, era capaz de romper el hierro por la fuerza descomunal que tenía. Él se escondía en los sepulcros y en las sombras.

¿Cuántos años estuvo así?

¿Cuánto tiempo de su vida perdió en esa condición?

Él había estado en esa condición desde hace mucho tiempo, perdió la identidad y el nombre, perdió sus facultades mentales, probablemente también perdió a su familia; pero a pesar de su condición deplorable, este hombre no perdió su valor, porque su valor se determinó simplemente por el hecho, de que Jesús decidió ir exclusivamente a buscarlo.

Jesucristo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10

Cuando Jesús llegó a aquel lugar, esos espíritus no pudieron resistir su presencia y le rogaron que no los eche al abismo. Jesucristo los reprendió, y éstos entraron en unos cerdos y el hato se precipitó por un despeñadero hacia el lago.

Cuando el maligno toca una vida, la destruye. Pero, al ver que no pudo destruir completamente la vida de este hombre por la intervención de Jesús, buscó otro cuerpo receptor y acabó ahogando a los cerdos.

Porque él (enemigo) ha venido a matar, a robar y a destruir. Juan 10:10

En cambio, Jesucristo busca lo que el maligno quiso destruir, lo restaura y le da un nuevo comienzo.

Despúes, el aspecto del gadareno era otro, su voz también; recobró sus facultades mentales, estaba limpio y tenía paz.

Lo imagino sonriendo a los pies del Maestro, consciente y libre, con un gran anhelo de seguir a Jesús. Cuando se lo propuso, Jesús le dijo que era necesario que predique en su lugar natal y sea de bendición compartiendo las grandes cosas que Dios había hecho en él.

Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32

Este hombre de Gadara no estaba enfermo físicamente, pero su alma estaba quebrantada y necesitaba a un Salvador.

Hoy en día, existen muchas personas que están cautivas por vicios, pensamientos suicidas, temor, rencor, adicción, ansiedad, depresión, etc. Jesucristo es el único que puede escudriñar el corazón a fondo, solo Él puede darnos verdadera libertad.

¿Eres libre?

¿Rindes cada área de tu vida al señorío de Jesucristo?

Oración:

Señor Jesús, quiero rendir mi voluntad y mis deseos ante ti.

Quiero entregar cada área de mi vida, bajo tu señorío.

Que tu luz pueda exponer las tinieblas y tu presencia, las haga huir.

Sana mi cuerpo, mi alma y mi espíritu.

En el nombre de Jesús.

Amén.

¡Mi oración para ti hoy es que puedas experimentar la verdadera libertad!

Jesucristo cumplirá su propósito en ti.